Aquello me dijo que dejara de girar, no con palabras, no son necesarias, pero me dijo que dejara de seguir las huellas. Iba en dirección contraria a ellas, ya mi papá me había advertido sobre los duendes y sus patas al revés, estaba segura que los encontraría, pensaba recuperar a mi hermanito antes de que Aquello se lo tragara.
No conocía a Aquello realmente, era el todo y la nada, era eso, ese y esa, pero tenía la convicción humana de ser capaz de superarle. Tampoco era tan poderoso, solo actuaba indirectamente, sin ser notado, pero actuaba, eso era importante.
Las ramas del claro se abrieron paso de entre el musgo, e iluminaron mis ojos dejándome ciega por el fuerte resplandor. Tomé la escopeta de mi abuelo Hernán, y la cargué, apunte al frente con los pies firmes y los cabellos erizados, así me adentré en el bosquecito con la fiereza de un animal.
Los colores intensos ya no me despistaban mi objetivo, estaba segura que fueron mis solidos pensamientos los que evitaron que cayera a los pies de la enérgica zona. Los animalitos comenzaron a salir, sus patitas pintadas con más colores que los hippies de mis vecinos, su pelaje adornado con flores, y sus grandes ojos centelleantes contrastaban con la dureza d emo rostro, y expresión furiosa. Ya no me dejaría seducir por tan psicodélicos colores. Avance despacio entre las aguas arcoíris y los peces fosforescentes, mirando a todo lado sin bajar la guardia. Pronto encontré frente a mí, una cuna de ramas y hojas, azules y verdes, junto a un gran árbol, brillando por el rocío y el sol. De entre la maleza, salieron los duendes con sus sombrerillos escarlata sus uñas verdes como el musgo y sus ojos del color de la oscuridad, y de en medio de estos surgió Aquello, un ser de luz sin forma que solo respondía a la acción. Él era la reacción que Newton predijo.
Estaba sola, con dos balas y un puñado de enemigos a mi alrededor, sabía, por experiencia, que dispararle a él no le haría daño. Vi cerca suyo un venado, con cola blanca y cuernos enredados de ramas, así preferí dispararle al inocente animalejo, a la razón por la que había venido en primer luga, por matar un venado. La cola del ciervo se tiño de rojo al estruendo de mi escopeta, el bosque impartió un grito, y los animales corrieron de vuelta, volví a disparar ahora al gran árbol frente a mí, los colores opacos de la muerte comenzaron a trastornar el tronco, y Aquello desapareció, se sumergió entre la corriente. Aproveche el tumulto, para acercarme a la cuna, tomar a mi hermanito y correr hacia la salida. Los duendes me persiguieron, ellos no parecían afectados, trataron de tirarme, jalarme, morderme, más yo les forcejeaba con la escopeta, hasta que la arrancaron de mis manos. Salí despavorida del pantano, que para mi suerte se cerró antes de que algún ser pudiera salir. Hasta nunca, paraíso de ensueño.
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Hola a todos. Esta es una promoción de mi nueva novela corta Natura. Es una clase de horror cósmico, que combina ela psicodelia, el ambientalismo y el suspenso. Una extraña mezcla de tintes para todos los gustos. Agradecería mucho el apoyo en esta historia, que consideró muy personal.
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Poemas y Relatos
RandomParte de mi alma, para que lean mis sentimientos, y pequeñas reflexiones, muchas de ellas, reflejadas en forma de critica en mis historias. Filosofía, poemas y varios tipos de generos podran leer aquí, pues me han servido como ejercicio de escritura...