Rosas y hermosa

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Aquella noche fue despejada, silenciosa no había nubes y la lluvia no amenazaba con que su precioso ruido caería esta vez. La luna no se hallaba en el cielo, o bueno no estaba a la vista, pero eso no tenía mucha importancia. Cabo de luna tenía luces por todas partes, Jack se encargaba se eso, siempre decía "la oscuridad, la quiero sólo cuando me vaya a dormir". Estaban en su cabaña.

- Jack, te lo digo ese muchacho no se suicidó- sigue Alirio.

- Te creo Alirio- le dice Jack- oye no te había visto tan molesto nunca eh, de hecho, no te había visto molesto nunca, espero verte así de nuevo, jaja.

- Sí se parece a un perro cuando tiene hambre- dice Javier.

- Tranquilo Alirio te buscaré algo de comer- termina Antonio- por qué le quitaron su cena, se molestará más.

- Ja, toma pues- comenta Carlota- ya sabes no te molestes tanto, así te darán un premio ¿sí?

- No, Carlota no te luce- termina Cathy- ya dejen esas tonterías, yo creo...

La verja, en aquel momento de la noche, se abrió sin emitir ruido alguno, puesto que Jack le había cambiado las bisagras por otras y les hacía mantenimiento frecuentemente.

- Alguien entró Jack- siguió Cathy- ¿quién será?

Se lograban oír, si se prestaba atención, unos quejidos, lamentos y preguntas que dejaban saber a quién estaban dirigidos y que quien fuera que estaba allá fuera sentía aquel dolor que la pérdida causa, sufría y quería, pero no podía, hacerlo en silencio en la tumba de Jesús Gabriel Guterrez.

- Sí- apoya Carlota- es una muchacha... ummm, curioso no la vi en el entierro del chico.

-. ¿Y tú cómo vas a saber eso? – se mofa Cathy- había mucha gente, aunque yo no la recuerdo o quizás...

- Porqué ella no estaba en la misa esta mañana- le ataja exasperado Antonio a Cathy.

-Y, además, ella no entró hoy al cementerio, de hecho, no ha entrado antes que digamos- fulmina Carlota, sin querer y con tranquilidad monótona.

- ¿Qué vas hacer, Jack? - le pregunta Alirio- no pensarás ir, ¿verdad?

- Pobre chica- les dice Jack luego de ver por su ventana- está en la tumba del muchacho que sepultamos hoy, está postrada en ese suelo llorándole.

- Irás- con tranquilidad, pero con determinación le dice Javier a Jack mirando Alirio- y le hablaras con tranquilidad, pasará lo que ya está predicho no hay de qué preocuparse.

- Pero...

- Nada Alirio- lo acalló Antonio- ya lo sabes ve y si se asusta bueno no te preocupes lo peor que le puede pasar es que se caiga y se golpee tan fuerte que muera.

- Claro no hay nada de malo en eso verdad- sigue Alirio- ten cuidado Jack.

- Ya sabes que no debe saber de nosotros Jack- le dice Carlota.

Vivía, pues, cerca del cementerio, aunque todo el pueblo consideraba que ese terreno; tan pequeño, era parte de Cabo de Luna. El viejo almacén recobró un poco de integridad con Jack, y bueno, sirvió de almacén. Su cabaña, aquella casita rustica, en el exterior era muy rústica, pero por dentro no lo era en lo absoluto, en sus adentros era muy delicada, limpia y ordenada; para sorpresa de cualquiera en el pueblo ya que para ellos Jack no era más que un bribón que hacía aquel trabajo porque lo necesitaba y le gustaba. No era muy extensa en sus adentros, estaba compuesta por la sala que servía a la vez de comedor y biblioteca, poseía una mesa que le servía de escritorio, a tras de la mesa-escritorio yacía un estante con una variedad de libros cuyas áreas estaban definidas por el abecedario de arriba abajo, la siguiente estación era la cocina, la cual estaba compuesta por una mesa pequeña, una alacena; al lado de esta había un mesón, una nevera pequeña y una cocina puesta en un rincón. Por ultimo estaba su recamara, nada excepcional, pero estaba mejor acondicionada que el resto de la casa, tapizado, con cuadros y con un aire acondicionado; puesto que a Jack le gustaba mucho el frio. Tenía también un teléfono fijo, aunque no lo usaba porque no tenía familia y bueno no era el tipo de persona que buscaban para una gran amistad como sabemos. Salvo por el teléfono fijo, si se considera un lujo el aire acondicionado, el tapiz y los cuadros. Jack sólo tenía lo necesario.

Luz Vaga: Jack Spear, el cavador de tumbasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora