Capítulo 75

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-VENGAAAAA SAMUUU, CASEMONOS- gritó Rubius abrazándolo. Con una borrachera bastante avanzada.

-Rubén baja la voz hijo y ya vayan a dormir- dijo su madre divertida mirando a la pareja.

-MAMÁ, QUIERO CASARME CON SAMU ¿ME DEJAS? ¿PUEDO? QUIERO CASARME CON SAMU- gritó como un niño berrinchudo.

Irina, Betiana, Rubén y Samuel habían llegado primero a casa, mientras que Rogelio y Auron llevaron a sus familiares a las casas donde se estaban hospedando.

-QUIERO, QUIERO, QUIERO-.

-Ay Dios, este niño, discúlpalo Samuel- pidió Betiana ante el berrinche de su hijo- es bastante tozudo cuando se le pone una idea entre ceja y ceja- suspiró resignada.

-No se preocupe, está bien, me hace feliz verlo así- respondió el mayor- bueno, no borracho, pero... usted me entiende- dijo riendo un tanto nervioso.

-¿LO VES? LO HAGO FELIZ, ME CASARÉ CONTIGO SAMUUUU-.

-Sí, bebé, vamos a dormir y mañana hablamos de la fecha y los preparativos ¿Si?- preguntó divertido- y baja la voz ¿está bien?-.

Lo sintió asentir ya más tranquilo, somnoliento y callado.
Se despidieron de ambas mujeres, mientras Betiana les agradecía por todo lo que habían hecho por ella y su esposo aquella noche. Y especialmente por tenerle aquella paciencia a su berrinchudo hijo.

-¡¡¡Saaaamuuuu, ensayemos esta noche para la noche de bodas!!!- exclamó un poco más bajo, pero lo suficiente para que su madre y su hermana lo escucharan, logrando que Irina comenzara a reírse ante la expresión sorprendida y ruborizada de Samuel- aaaannndaaaaa- dijo dándole un beso en la boca, completamente desinhibido y casi dejando escapar un jadeo- dame de tu miel Sami yo te haré ver la luna- agregó coqueto.

-Un ducha de agua helada te daré... tontito- respondió y luego miró a su cuñada- ¿y tú de que te ríes?- preguntó molesto e incómodo.

Continuaron subiendo por la escalera, Samuel llevó a Rubén hasta su cuarto con la mayor rapidez antes de que el menor dijera algo más frente a su madre y a su hermana, antes de que metiera aún más la pata.

-Samu- lo llamó. Ambos ya estaban acostados y tapados en la cama del menor.

-Dime-.

-De verdad quiero casarme contigo, Samu- murmuró acomodándose en su lugar, cerca de Samuel. Quedándose dormido.

Samuel acarició su cabello pensando en lo que su novio acababa de decirle "casarse" era una idea maravillosamente aterradora... Pero pensando de forma positiva, él lo amaba, amaba despertar y dormir a su lado, amaba estar juntos en silencio cada quien con sus trabajos, amaba los pequeños de detalles de Rubén, como los cafés que solía prepararle cuando llegaba cansado de algún evento o cuando trabajaba en las fotografías. Amabas esas caricias y besos que lo encendían, amaba su existencia, amaba su nombre cuando salía de los labios del menor, simplemente lo amaba y eso era suficiente ¿No?

-Doblas- lo llamó bajito. Recibiendo en respuesta un leve "¿Hmn?"- casémonos- susurró en su oído.

-Ci-.



Se despertó de golpe sobre las doce del mediodía cuando escuchó a alguien vomitando en la distancia. Se puso de pie rápidamente y fue directo al baño.

-¿Doblas? ¿Estás bien?- preguntó.

-Si... bien... bien... bien descompuesto- respondió del otro lado- dame un momento que ya salgo- pidió.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora