Capítulo 39

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Valentina sonrió enormemente al ver a su bebé agitar su manito al parecer en busca de Juliana, quien la tomó con su mano y la besó. La enfermera decidió darles su privacidad y se retiro diciendo:

Regreso en una hora.

Si, claro

Respondió Valentina.

Permiso

Dijo y se fue.

Valentina se acerco a la cama y se sentó al lado de Juliana, quien no retiraba la vista de su bebé.

Tenías razón Valentina...

Dijo casi susurrando.

¿Si?

Preguntándose a cual de todas las cosas dichas se refería Juliana.

Es un ángel

Dijo sonriendo.

Si.

Tiene...tiene tus hermosos ojos...y...es rubiecita...como tú...

Ah, bueno...no es que yo parezca un ángel pero si...este pedacito de gente se parece a mí también.

Si.

Fue un simple susurro.

¿Te molesta?

Era lo que yo quería

Dijo Juliana y miró un segundo a su esposa.

Mmm ¿Eh?

Le pedí a Richard que se pareciera lo más posible a ti.

Juls...

Lo siento...

No! No tienes porque sentirlo...Hubiera hecho lo mismo si hubiera estado en tu lugar.

De...verdad?

Dijo Juliana mirándola con ojos de adoración.

Si. Olvida todo...solo...concéntrate en darle de comer...después hablaremos.

Si.

Dijo y regreso su mirada a su hija.

Le hizo caso a Valentina y según había aprendido en las clases se preparó para darle de comer a su hija. Valentina tomo a la pequeña y Juliana se acomodó el pecho fuera del camisón. La primera le devolvió a la bebé y en cuanto esta sintió el pecho de su madre en su boca se aferró a el tan fuertemente que Juliana llegó a pensar que nunca podría arrancarla de ahí.

¿Que se siente?

Juliana salio del ensueño en el que estaba metida para responderle a su esposa:

¿El qué?

Dijo mirándola.

Darle de comer.

Regreso su mirada a su bebé y respondió.

Maravilloso.

Valentina sonrió y se quedo mirando la escena. Ya tenía una familia. Una familia a la que debía cuidar y proteger de todo y de todos.

El resto del tiempo se dedicaron a observar a la niña, buscarle parecidos y asombrarse con cada cosa que hacia hasta que la pequeña satisfecha se quedo dormida en brazos de Juliana. Y aun así la pareja se quedo observando el pacífico sueño de su hija. Unos toques en la puerta las sacaron de sus ensoñaciones.

Adelante.

Dijo Valentina.

Hola. Como esta nuestra dormilona?

Déjame Amarte  Adaptación Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora