Parte 19. Cruel

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Aquello tenía que ser un cruel sueño otra vez, no comprendía la razón por la cual había terminado en el hospital si él claramente no había tomado esas pastillas, es como si aquellas pelirrojas quisieran tenerlo dormido para atormentarlo, y no comprendía la razón, y ese comportamiento era bastante cruel, bien, él solo quería salvar a una de ellas, la que le interesaba ¿por qué necesariamente aquello tenía que ser malo? Desconocía si aquel monstruo también las había secuestrado, pero al menos no les había mutilado como lo había hecho con la otra joven, solo para someterla a él.

Aquellos actos si habían sido bastante crueles, y si no contabas el hecho de que la niña no tenía rostro, no parecía que le hubiese ido mal, más que nada, porque no tener cara parecía algo de nacimiento, no de alguna clase de tortura.

Observó de un lado a otro buscándola, no creía que esa cosa la hubiese dejado ir hasta ahí para atormentarlo con palabras o actos crueles como sus compañeras, había algo en ella que le advertía si algo malo estaba por ocurrirle.

Abrió los ojos de forma intensa ante la iluminación de aquello, él era la causa de su rebeldía ¿había una posibilidad de que esa chica hermosa y andrajosa, sintiera algo parecido a lo que él sentía por ella? Aunque fuese obsesión, aquello era mejor que no sentir nada.

—No importa cuánto la busques, ella no está—. Murmuró la adolescente.

— ¿Por qué hacen esto?— Preguntó desesperado.

—Oh, ¿crees que somos demasiado crueles por hacer esto?— Se burló.

La adolescente dejó su pecho, para sentarse sobre su regazo, moviendo las caderas en círculos, Draco tragó saliva ante las sensaciones que eso le estaban provocando.

—Entonces dime, Draco ¿esto es menos cruel para ti?— Le sonrió—. Vi la forma en que me viste en ese bosque—. Inclinó la cabeza—. Y aunque lo niegues, sé lo mucho que quieres tocarme también.

Lo sujetó de las muñecas y llevó sus manos grandes a sus pechos pequeños y lo hizo tocarla, mientras el movimiento de sus caderas se volvía más apresurado, Draco apretó la quijada y cerró los ojos para controlarse un poco, no podía creer que estuviese haciéndole aquello, y lo peor era que su cuerpo estaba reaccionando.

—Deja de fingir que no lo quieres—. Susurró la joven en su oído—. Si estuviese en el mundo real, sería un delito, pero ¿a qué le temes si yo no existo?

Abrió los ojos para verla sonreír, así que dejó de oponer resistencia a lo que aquello le estaba provocando, la adolescente lo guio hasta su interior, provocando que una extraña sensación se extendiera en el pecho de Draco, no comprendía qué era, pero se sentía tan bien aquello.

Under The Oak TreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora