Capítulo 5

176 18 4
                                    

Esa mañana, por más que la esperó no llegó, estaba algo decepcionado pues el día anterior se había esforzado mucho para llevarle más mochis de fresa a la chica, ahora se preguntaran ¿Qué pasaba? Pues resulta que Yashiro había faltado a clases ese día sin avisar, Yugi no sabía la razón, le envió y le envió mensajes a la chica, pero esta nunca respondió, tampoco contestó sus llamadas ni las de Minamoto, por lo que decidió preguntarle a Akane, él era el presidente de clase y vicepresidente del concejo estudiantil después de todo, él debía saber

–Ah ¿Yashiro-san? Ella llamó en la mañana diciendo que faltaría a clases por un resfriado –Informó Akane revisando unos papeles, Yugi suspiró aliviado, solo estaba enferma –Deberías ir a verla, esta sola en casa –Propuso el de lentes

–¿Sola? ¿Y sus padres?

–Sus padres está... –Se interrumpió a sí mismo al recordar algo, si silenció un par de minutos, el castaño lo miraba esperando respuesta –Ellos siguen en ese viaje de negocios del que Yashiro-san habló ¿Recuerdas? –Amane asintió al recordar aquello con algo de duda ante el cambio repentino de palabras del contrario, parecía sospechoso

–Iré a verla después de clases entonces –Aoi simplemente asintió de acuerdo con él –Gracias por decirme –Y se fue antes de que el de lentes pudiera responder

Transcurrió la tarde como cualquier día normal, él seguía preocupado por ella, tenía los nervios de punta ¿Habrá comido? ¿Estaba dormida? ¿Tomó medicamentos? ¿Su fiebre habrá bajado? ¿Estará bien hidratada? ¿Qué tan grave era su fiebre? La preocupación se lo estaba comiendo vivo por lo que en cuento sonó la campata final agarró su bolso y salió disparado de la escuela al minimercado mas cercano a comprar algo de agua, fruta y quizás algún chocolate pequeño para consentirla un poco pues sabía que cuando Yashiro se enfermaba se comportaba de dos formas distintas, o se portaba como una niña pequeña queriendo ser consentida o actuaba como si estuvera borracha, Amane prefería mil veces la primera opción, verla comportarse como si fuera una niña de 5 años parecía una bendicion dada por los dioses o algo así 

–¡Yashiro! –Exclamó desde afuera de la puerta del departamento golpenado un poco esta, desde adentro escuchó resonar los pasos de Yashiro que eran bastante notorios debido a sus tobillos gordos, ella estaba en la entrada en silencio –¡Soy Amane! –Tras decir lo último vio que puerta abrirse lentamente dejando ver a una Yashiro cansada y roja por la fiebre, su cabello atado en una trenza mal hecha y su pijama mas fresco hecho un desastre dejando ver algo de su piel húmeda por el sudor que la misma fiebre le probocaba, Amane se puso colorado al verla de esa forma ¿Estaba acaso soñando?

–Hola –Saludó tenue la chica apoyándose en el marco de la puerta –¿Qué haces aquí? 

–Me... me dijeron que estabas enferma, entonces vine a verte ¿Puedo pasar? –La chica se hizo a un lado dejandole pasar, al entrar Yugi se quitó los zapatos y obervó la casa como si fuera la primera vez que lo veía, al inhalarar sintió el dulce aroma de Yashiro inavdir sus fosas nasales, era casi como una droga, como le gustaría inhalar ese olor por el resto de su vida

–Lamento el desorden –Habló tambaleandose un poco la chica –No suelo recibir... visitas –Repentinamente cayó desmayada, Amane se alarmó de inmediato, corrió hacía ella para revisarla, suspiro con alivio al ver que solo estaba dormida y no era nada mas grave 

–No me asustes así –Murmuró tras suspirar, con delizadeza la tomó entre sus brazos y la cargó como si ella fuera la princesa más delicada del mundo

La llevó hasta su cuarto donde la recostó cubriendola unicamente con la sabana delgada, algo que le llamó la atención fue ver la cantidad casi ridícula de peluches chibi de personajes de anime que allí habían, algunos que reconocía eran Naruto, Goku, Goku hijo, Goku espadachín, Goku pirata y otros que no recordaba

Tras recostarla en la cama abrió la ventana de par en par para ventilar un poco la habitación que estaba impregnanda del olor dulce de Yashiro, también usó toallas húmedas para deshacerse el sudor del cuerpo de la chica, se puso rojo cual tómate cuando limpió sus piernas, le gustaban mucho las piernas de Yashiro, tanto que una vez estando enfermo fantaseó con que un extintor era una de las piernas de la chica, pero eso es historia para otro día

Así se quedó un rato mas cuidando de ella mientras esta dormía placidamente, ponía trapos húmedos en su frente y revisaba su temperatura cada tanto, se ausentó un par de minutos del departamento para poder ir a comprar un antifebril, se apresuró tanto como pudo, al volver vió a Nene sentada en la cama mirando a la nada, pensativa

–¿Yashiro? –Llamó el chico, la chica lo miró con los ojos entrecerrados, como ebria, no decía nada  –¿Te sientes mejor? ¿Tienes hambre? –No recibió respuesta, ella solo lo miraba embobada, por lo que Amane asumió que si tenía hambre –Iré a preparte algo de comer, no te muevas de aquí ¿Si? –Dio media vuelta dispuesto a irse cuando sintío dos delagdos brazos aferrarse temblorosos a él

–¡No te vayas! –Exclamó la chica con la voz quebrada, él la miró sorpendido

–¿Qué pasa, Yashiro? –Preguntó voltendo a verla tratando de no zafarse del agarre de la contraria 

–Si te vas ahora... ya no vas a volver, igual que mis padres... ellos se fueron y... no volvieron nunca, y... y si tu te vas y no vuelves... yo no sé que haré... te quiero demasiado como para dejar que te vayas... Yugi –Habló casi al borde del llanto, Amane no sabía de que hablaba, tenía muchas preguntas en la cabeza, pero en lugar de hacerlas se limitó a abrazarla fuerte, como si quisiera contener todo el dolor de Yashiro en ese abrazo, como si tratara de decirle que él siempre estaría ahí 

–Yo... no sé de que hablas, pero no te preocupes, he decidido que no iré a ningún lado nunca más  –Ella no dijo nada, solo siguió abrazada a él hasta que el sueño volvió y cayó dormida entre los cálidos brazos de Yugi, él volvió a acostarla con delizadeza pregunatdose a que se refería con aquello, miles de preguntas lo invadian, cuando quiso soltarla para acostarla más cómodamente, ella se agarró al brazo de él, negándose a dejarlo ir

–No te vayas Amane –Murmuró entre sueños, el chico sintió su corazón ser atravesado por mil flechas cuando ella dijo así su nombre, de esa forma tan suave y tierna

Al ver que ella no lo soltaría decidió recostarse un par de minutos a su lado, en respuesta, Yashiro se abrazó a él cariñosamente y así se quedaron un buen rato, Nene dormía placidamente y en calma, como si se sintiera protegida entre los brazos de Amane, Yugi por otro lado se sentía en el cielo, se preguntaba a si mismo si estaba dormido o algo, se sentía tan irreal tener a Yashiro dormida acurrucada en su brazo durmiendo tan pacíficamente, tan indefensa

Como deseaba él poder quedarse así con ella toda la vida...






Fantástica de los fanfics (Amanene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora