Longing of the Soul | Anhelo del alma

19|Llegar al otro lado de la línea divisoria

Advertencias: Ginny es rara. Hermione es santurrona y arrogante. Acoso sexual, acoso, obsesión. Discusión sobre el asesinato de dos adolescentes. Harry llora mucho, pero teniendo en cuenta lo que acaba de pasar, me pareció comprensible. La muerte duele, incluso para los héroes. Especialmente para los héroes adolescentes que tienen demasiado sobre sus hombros.

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5 de diciembre

Después de su encuentro cercano, Severus y Harry habían tardado en volver a dormirse. Alrededor de las tres, Severus finalmente había sucumbido a los sueños, pero se sentía como si no hubiera dormido en absoluto cuando se despertó.

—Tempus—frunció el ceño ante los números que parpadeaban en el extremo de su mano. ¿Las cinco de la mañana? Había puesto el despertador a las siete. ¿Qué le había despertado?

Jadeó cuando le invadió una extraña sensación de miedo. El corazón se le clavó en las costillas y su respiración se entrecortó. Dioses, conocía esa sensación, como de baba en los huesos, de hormigas arrastrándose por la piel. Era la mancha de la magia oscura, la misma sensación que tenía cada vez que el Señor Oscuro maldecía a alguien de su entorno.

¡Joder! De algún modo, el bastardo debía de haber atravesado las guardas después de todo.

Severus se levantó de golpe y tomó su varita, pero el silencio absoluto lo confundió.

Un sonido sibilante a su izquierda lo registró y Severus se puso rígido. ¿Nagini? No, la habían protegido. Se volvió, con la varita apuntando al sonido, y dejó escapar un suspiro de alivio al ver la víbora de Harry, enroscada junto a la almohada de Severus.

—¿Isuri? ¿Le pasa algo a Harry?.

La víbora meneó la cabeza y se deslizó fuera de la cama, dirigiéndose hacia el lado de Harry. Severus tragó saliva y la siguió, preparándose mentalmente para lo peor.

Dioses, si Harry hubiera sido asesinado...

Las lágrimas le picaron los párpados. Hace una semana, Severus habría lamentado la pérdida de la guerra y se habría emborrachado hasta caer en el estupor. Hoy... todo había cambiado. Al diablo con la guerra; en cambio, lloraría la pérdida de la primera persona que se había preocupado de verdad por él en veinticinco años. La primera persona que le mostró confianza y afecto incondicional.

Merlín, el conocimiento lo conmocionó, pero si Harry moría, rompería el corazón de Severus en pedazos.

—Por favor, por favor, ponte a salvo— susurró, y dio un paso alrededor de la pantalla.

Harry estaba gritando, pero Severus no podía oír ningún sonido. ¡Mierda! Sus encantos silenciadores debían de haberlo bloqueado. El chico se retorcía como si estuviera agonizando y gritaba, con lágrimas en la cara—no, por favor. No lo hagas—Severus no necesitaba oírlo para entenderlo.

El cuerpo de Harry se arqueó, inclinado y esforzándose contra algo invisible, y Severus se estremeció al sentir la magia oscura en su piel.

El Cruciatus. Lo había visto lanzar demasiadas veces como para no reconocerlo.

Queridos dioses. Tenía que ser una visión. Eso significaba... ¡joder! Harry sí sentía las muertes de aquellos que Riddle había matado en sus visiones. Merlín lo ayude, la mera idea dejaba a Severus con todos los pelos del cuerpo erizados y el corazón helado. No podía respirar, no podía moverse ante el puro horror.