Capítulo 15

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Viola observaba como su marido pasaba las hojas del periódico del día. Eran más de las cinco de la tarde por lo que ya lo habría leído como cinco veces hasta el momento. Eso solo reflejaba el estado de aburrimiento en el que se encontraba.

Dejó la taza de café que se estaba tomando y se puso en pie dirigiéndose hacia Camilo para arrebatarle el maldito diario.

—Ey, que lo estaba leyendo. —le reprochó.

—¿Hasta cuándo piensas estar enfadado con tu hermano?

—No soy yo el que se puso como un energúmeno y comenzó a pegarme puñetazos.

—Fue la frustración la que actuó por él en ese momento. Por lo que me has contado estaban a punto de... reconciliarse y que justo llegarás tú lo estropeó todo. Y para confirmarlo, ella se marchó sin avisar a nadie esa misma noche.

Camilo se levantó de su asiento enfurecido y se desabrochó la corbata.

—¿Y la culpa es mía? ¿Se supone que debía imaginar que después de estar tirándose dagas desde que ella llegó esa noche, en ese momento estarían a punto de follar?

—Claro que no, pero...

—Oh no mucho mejor. Quizás fui yo el que hizo que su jodida polla se metiera dentro de esa tía en Alemania. Llevo comiéndome su mierda desde hace tanto que ni me acuerdo, así que no me jodas tú también Viola.

Viola miraba a su marido totalmente descontrolado. Ella sabía que Camilo tenía razón, pero sabía que sería mucho más sencillo que él fuera a hablar con Zeus que al contrario. Estúpido orgullo Gotti.

—Cariño, sé que tú no tienes la culpa de nada de eso, pero solo te estoy diciendo que te pongas en su lugar.

Camilo se quedó mirándola fijamente y se acercó a ella. Tomó su rostro entre sus manos.

—Yo nunca te haría eso. —Viola acarició las manos de su marido con una sonrisa triste.

—Tú me hiciste cosas mucho peores Camilo, ¿o ya no te acuerdas?

Su rostro cambió por completo al recordar cómo habían sido los inicios de su relación, cuando solo eran unos adolescentes. Camilo sabía que todo lo que había hecho en ese entonces había sido una puta mierda y que no tendría el tiempo suficiente en esta vida para compensarla por ello.

—Perdóname. —Le dijo acercando sus labios a los de ella. —Perdóname.

Le siguió diciendo esa palabra entre beso y beso mientras la empujaba hacia la cama. Sus labios descendieron hacia su cuello y Viola sonrió.

—Espera, hombretón. —Le dijo deteniéndolo, pero él continuó bajando hasta el escote en V de su blusa. —Camilo... ve a hablar con tu hermano, por favor, por mi. No aguanto está situación. ¡Camilo!

Finalmente Viola tuvo que gritarle porque él estaba muy afanoso con su tarea.

—Está bien, está bien, iré. Siempre sabes cómo convencerme, eh. —Viola se levantó de la cama, pero Camilo la retuvo. —Quieta ahí. Antes deberás pagar tu tasa por atender tu petición.



Dante le dio la mano a Sonia para ayudarle a bajar del avión. La luz del sol era intensa, pese a lo temprano que era, sería un día caluroso. Tras montarse en el coche que les estaba esperando, propiedad de los Gotti, Dante le comenzó a comentar algunas cosas.

—Mi piso no es muy grande, solo tiene un dormitorio. Tiene un vestidor y un despacho/biblioteca donde suelo trabajar. No tengo personal de servicio fijo, solo un hombre que viene un par de veces a la semana a limpiar.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora