Save Your Tears [Tokyo Revengers]

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Había pasado una semana desde que volví a mi línea del tiempo. Por suerte a mis padres se les pasó el enojo y pude volver con el abuelo Hanagaki.

La cosa había sido así...

Intenté rescatar a Gipsi, la máquina se encendió y me mandó al pasado.

Fueron dos años en los que estuve en el pasado. En ese tiempo salvé a Shinichiro, y a Baji, aunque ciertamente también cambié lo de Draken, nunca fue apuñalado. Eso causó mis malestares.

Ahora pasemos al presente.

Tras explicarme lo que sucedió, el abuelo dijo que mientras yo estuve en el pasado, aquí habrían pasado dos horas. Es decir en el pasado fueron dos años, y aquí dos horas.

Pero al volver de allá, el tiempo del pasado pasa igual que un día aquí.

¿Se entiende? Espero que sí.

Bueno, ahora a lo que venía.

Hablé con el abuelo, él a pesar de lo que ya se ha cambiado quiere cambiarlo de nuevo, ya que espera que Mikey y los demás sean amigos nuevamente. Tipo, que no se hayan separado, que sigan hablando y eso.

Así que... Ahora me estaba preparando para ir de nuevo, para intentar cambiar algo, quizás la muerte de Emma.

—¿Estás lista? —Preguntó y yo asentí. —Ya sabes, podemos comunicarnos en tus sueños.

—Lo sé, ¿Eso es todo?

—Ah, si. —Suspiró. —Cuidate.

Y entonces entré a la máquina, el abuelo la encendió.

Tardó un momento pero finalmente pude regresar al pasado.

¿Y cormo no? Caí sobre alguien nuevamente.

—¡Maldita sea! ¿No puedes caer en pie? —Exclamó Rindo.

—Aún no entiendo cómo es que cae del cielo. —Dijo Ran mirando al cielo. —¡Mis ojos, Rindo me quedé ciego!

—Imbecil, ¿Para qué miras al sol? ¡Ah mis ojos! ¡Mis bellos ojos!

—¡Hey, ese es Gipsi! ¡Gipsi! —Exclamé corriendo mientras perseguía al animal. —Al fin te tengo.

—¿A dónde te llevas a Peke J? —Me cuestionó Chifuyu. 

Miré hacia atrás buscando a... Ni idea, no sé qué buscaba.

—¿Quién, yo?

—Si tú, tienes a mi gato. —Gruñó.

—No, no es cierto. —Le dije frunciendo el entrecejo. —Gipsi es mi gato, yo lo traje. Bueno en realidad mi abuelo lo trajo.

—¿Ah? Eso no es verdad, yo lo rescaté, lo bañé y alimente.

—Oí, Chifuyu. —Llamó Baji. —Ese es el gato de Chaeri, pero como es buena onda te va a dejar quedartelo. Total, ella tiene a Pelusa.

Miré mal a Baji y luego le di el gato a Chifuyu.

—Nos vemos después amigo. —Dije haciendo un ademán militar. —Lo cuidas bien, come mucho, yo me... tengo que ir.

—¡Ahí está! —Exclamó Rindo mientras se agachaba colocando sus manos en sus rodillas.

—Tu condición física es un asco. —Le dijo su hermano caminando como si nada.

—Se me... cayó... un pulmón... allá... atrás.

—Como sea, vamos Chae, nos dirás por qué huiste. —Dijo Ran mientras me tomaba por los hombros para comenzar a caminar.

—Alto ahí trencitas. —Le dijo Baji sujetando su brazo. —Chaeri y yo tenemos que hablar.

—Naaah, no creo. —Dijo Rindo. —Ella viene con nosotros.

—Wakala, ya llegó la mugre. —Dijo Nahoya burlón mientras me miraba. —Vamonos Souya, no te juntes con ella o se te pegará lo imbécil.

—Hey, hey, dejen de tratarla así, eso sólo una princesa.

—Pero la princesa Fiona. —Soltó una carcajada. —Es chiste... Fiona.

Pero entonces su hermano le soltó un sape y lo jaló por la oreja.

—Disculpen su comportamiento, una chica le ganó en las vencidas y está algo... muy, molesto. —Dijo el peliazul. —Chae, me alegro de que hayas vuelto.

—Eres un amor. —Sonreí.

—Iris in imir. —Gruñó Nahoya y Souya le jaló más la oreja. —¡Ay, ya basta!

Souya fue quien lo hizo girarse para después irse por el otro lado.

—Raro. —Murmuró Ran. —Bueno, nos vamos.

Y sin que Baji o Chifuyu pudieran decir algo, ambos hermanos Haitani me cargaron y corrieron conmigo.