ALESSANDRO.
estuve esperando un rato en el hospital, la policía me había dado algo de ropa, ya que había salido sólo con mi mono de pijama.
Me dice una enfermera que Zara estaba despertando.
Entro a la habitación y la veo abriendo los ojos lentamente.
-Hola Zara, menos mal ya despertaste-. Digo sonriendo.
-Hola, pero como sabes mi nombre? Quien eres?-.
Veo su cara y está confundida, como si algo pensara que todo había sido algún sueño.
Le explicó todo lo que yo había visto, y luego ella recuerda poco a poco todo lo que había pasado.
-Que te pasó?-, me dice ella al notar que tengo una venda al rededor de mi hombro izquierdo.
-No fue nada, quien quiera que haya sido, me corto-, digo mientras pasó los dedos por mi hombro, -aunq no fue muy profunda, me hicieron algunos puntos para que no se abriera de más-.
-Entonces cuando lo tumbaste te hizo eso?.
-Supongo que sí, no me había dado de cuenta.
Ella sólo se queda viendo mi hombro.
- Y Tú? Como estas? Que tal te sientes?.
-Ps bien, me duele la cabeza y el brazo, supongo que cosieron la herida que tenía.
-La verdad sí, estuviste varias horas sedada, mientras te cerraban la herida y te tenían en observación-, sonrió para intentar sonar más agradable mientras le digo las cosas.
-Ah, una cosa más, en esa bolsa que está allá tienes unas cosas para que comas algo, supongo que después de todo eso tendrás algo de hambre, sobretodo cuando perdiste mucha sangre.
-No tuviste porque molestarte- su tono de voz era algo triste.
-No te preocupes, es lo mínimo que puedo hacer, o bueno además de evitar que algo malo pasará ayer.
Me despido y justo cuando voy a salir Zara me llama.
-Alessandro, te puedo abrazar?.
Volteó para verla pero sus ojos al encontrarse con los míos bajan a ver a otro lado, para luego volver a encontrarse, noto su sonrisa tímida y tus mejillas ruborizadas.
Notaba que contenía las ganas de llorar y la verdad eso me tomo por sorpresa.
-Ehm, Claro.- mis mejillas se ruborizan de igual manera.
Nos abrazamos y siento que mi hombro derecho se torna húmedo.
Zara está llorando.
-Muchas gracias, no tengo palabras para agradecerte, lo que hiciste y lo que haces por mí, ni nos conocemos tan bien, pero arriesgaste tu vida para salvar la mía...
Lágrimas llenaban mi hombro, yo no la abraza fuerte para que no le doliera nada, en cambio ella me apretaba mucho, necesitaba dejar salir eso, acaba de pasar por algo muy grande y necesita llorar y drenar eso.
Mi mano sobre su cabello rizado, mientras ella lloraba por unos minutos.
-Oye, tranquila, eres fuerte y no te rendiste, aún estás viva, y ya nada malo te pasará, está bien? Secate esas lágrimas que eres afortunada y no deberías estar llorando-, le digo mientras mis pulgares le ayudaron a secar algunas lágrimas.
Le doy un beso en la frente y me levanto para irme.
Al salir me encuentro con una extraña sorpresa.
Madelein.
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Abre Los Ojos
أدب المراهقينAlessandro lleva una vida tranquila en Allentown, pero cambiará su rumbo cuando llega una nueva persona a su vida, descubre que es lo que pasará cuando esta pequeña ciudad se ponga de cabeza.