8 adolescentes van de excursión a una isla cerca de Colombia, cuando una antigua maldición es despertada, tus decisiones determinarán el flujo de la historia
AMADOR ----- Cuevas del monte del Emperador ----- 18 de julio ----- 23:57 Horas
Tres personas armados y con antorchas avanzan entre las cuevas. Un hombre y dos mujeres.
Alice: Éste sitio es horroroso. Dice una chica de media melena y con acento brasileño.
Amador: Está cerca. Dice el hombre, grande y fuerte con acento colombiano.
Verónica: Dijiste eso un millón de veces ya, ¿en dónde está la maldita gema? Otra mujer, con el pelo más largo, pero también con acento colombiano.
Amador: La ví por aquí, estoy seguro.
Alice avista una ligera luz de color azul
Alice: Emm, ¿es posible que sea de allá?
Amador se voltea y se queda boquiabierto al ver la gema resplandeciendo desde el fondo, una piedra azul con un dibujo de un árbol plateada, en el tronco de un árbol idéntico al dibujo.
Verónica: ¿Está seguro de que quiere cogerla? Dice asustada La maldición... Antes de que poder terminar, Amador la interrumpe.
Amador: No las he dicho por qué la quiero, ésta gema perteneció a mi padre cuando tenía la mitad de mi edad, pero una entidad que habita en esta isla se la arrebató. Finalmente me pertenece de nuevo. Pone su mano en la gema y la extrae del tronco, y acto seguido la cueva empieza a temblar y las hojas del árbol brillan de color blanco.
Del agujero en el que estaba la joya sale una luz que se refleja en la pared revelando un texto:
Aquel que coja la gema de su corazón despertará los elementos de la naturaleza como sabe, y día tras día el mundo entero conocerá su poder
Verónica: La maldición, se lo dije...
Alice: ¡¿Qué has hecho?!
El temblor intensifica
Amador: ¡Hay que salir de aquí!
Los tres salen corriendo pero Alice se para
Alice: ¡Basta, dame la gema, no puedes hacerle esto a todo el mundo!
Verónica siguió avanzando sin enterarse
Amador: Alice, no puedo...
Alice: Lo siento... Saca el machete Pero no puedo dejar que te la lleves...
Decisión:
Luchar
Correr
Amador se agacha, coge una piedra y se la lanza, distrayéndola para poder escabullirse, aunque Alice le sigue Amador consigue salir de la cueva y tomar aire con Verónica y otra mujer esperándole
Minerva: ¡Han robado la piedra! Dice esa mujer, mayor con ropa indígena no tienen ni idea de la furia que desatarán los dioses contra nosotros
Alice avista la salida y a Amador en ella, entonces levanta el machete y corre hacia él mientras grita, pero un temblor fuerte hace que la cueva se derrumbe y en ella Alice
Verónica: ¡Alice!
Amador: Me traicionó y me atacó
El temblor se sigue intensificando
Minerva: ¡Tenemos que ponernos a salvo, a la cabaña en el bosque!
Los tres bajan la montaña rápido y acaban llegando a el bosque, donde siguen a la anciana aún corriendo hasta encontrar una cabaña Antes de entrar las ramas de un árbol agarran a Amador de un pie y le elevan mientras otras se acercan pero Verónica corta las cuerdas, haciendo que caiga y siga avanzando hasta finalmente entrar en la cabaña donde unos cuantos hombres armados estaban esperando
Cazador: ¿La tiene? Dice dirigiéndose a Amador
Amador saca la gema del bolsillo y la enseña
Amador: Lo conseguimos
Las ramas empiezan a meterse por huecos pequeños entre las ramas y acercarse a la gente hasta agarrar a los y arrastrarlos Verónica también es atacada por las ramas y sin que se de cuenta, una rama agarra a Minerva de un brazo desde una ventana
Decisión:
Ayudar a Verónica
Ayudar a Minerva
Amador saca el machete y se acerca a Verónica con el machete en la mano y empieza a cortar las ramas Verónica coge el machete que está tirado en el suelo y corta el resto de las ramas para quedar libre Las ramas agarran a Minerva y la sacan por la ventana mientras ella chilla y el bosque la devora
Verónica: ¡Minerva!
Amador: ¡Déjela, está muerta!
Verónica: ¡Podría habermelas arreglado yo sola! Las ramas continúan entrando y les acorrala ¡Se acercan más!
Amador empuja a uno de sus hombres al suelo y ordena al resto que huyan mientras las ramas le agarran
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Estás en un gran salón, sentado en frente de un escritorio y un hombre elegante se acerca leyendo un libro
Dr. Hill: Ahhh, cuánto tiempo, la verdad, me ha costado encontrar una historia que contarte. Se sienta ¿Te acuerdas de cómo empezamos la última vez? Saca una postal de un archivo y la coloca encima de la mesa Quiero que mires esa foto y me digas que es lo que sientes al verla, responde con total sinceridad.
Coge una libreta y un bolígrafo para apuntar mientras tú coges la postal
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