La felicidad en manos de un prostituto.

Un brindis

La habitación en la que estaba se encontraba en el último piso de aquel hotel.

El lugar era enorme, había un somier de tres plazas perfectamente arreglado con sábanas y almohadas blancas y con un edredón grueso de color gris.
A los costados habían dos mesas de luz con sus respectivas veladoras y algunos adornos decorándolas.

Frente a la cama había un mueble y sobre éste un televisor algo pequeño para el lugar pero no era como si alguien fuera a fijarse mucho en los programas del TV.
Hacia uno de los costados se podía ver a través del ventanal enorme que daba una parte a la costa y otra a los edificios de la ciudad.

"Definitivamente escogí bien."

Hacia el otro lado de la habitación estaba el baño, era espacioso, contenía una jacuzzi grande con vista a la playa, al otro lado había una ducha con tina y demás accesorios propios de esa habitación.
También a mitad de camino, en el living, había una mesa de madera redonda con dos sillas a juego, un minibar y un mueble aéreo con algunas copas.

Louis se preparó tranquilamente, su cliente llegaría en cualquier momento y quería estar listo para darle la mejor experiencia que podía ofrecerle...

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La puerta se oyó abrirse y algunos pazos llegaron hasta los oídos de Louis que se encontraba cómodamente relajado en el jacuzzi del baño.

La puerta de este se encontraba entre abierta y el vapor caliente del agua se escabullía como una brisa pasajera.

El omega oyó como la persona dejaba algunas cosas sobre la mesa y pudo intuir que también se había despojado de alguna prenda de ropa ya que un cierre se dejó oír por lo bajo.

Luego de unos segundo la puerta del baño fue tocada por dos suaves golpecitos y acto seguido fue abierta con la misma suavidad que aquellos golpes.

El vapor dentro del baño no dejaba divisar casi a las personas allí dentro.

-Puedes unirte a mi si lo deseas, el agua está deliciosa.-

Una dulce voz le llegó a los oídos y como si algo en el aire lo guiara se quitó los zapatos, el pantalón, la camisa y luego el bóxer, quedando totalmente desnudo.

Sigilosamente y con mucho cuidado se metió en el agua.

-mm..- el alfa se deleitó por lo bajo.

-Perfecta verdad?.-

-Lo está, si.- aquella voz hizo que todo el cuerpo entero de Louis temblara.
Gruesa y cargada de autoridad, imponente y algo vacía, como si nada en aquella alma estuviera bien.

Sutilmente Louis tomó uno de los pies del alfa y comenzó a masajearlo. Al principio pudo sentirlo un poco rígido, tenso como si no esperara aquel acto.
Luego pudo sentir como se relajaba y continuó, primero un pie, luego el otro y luego comenzó a subir por sus gemelos muy despacio haciendo la presión necesaria para que los músculos se relajaran.

-Te sientes cómodo?.- la voz del omega se sentía tranquila, como una caricia a todo el ser completo del alfa.

-Si..- realmente parecía no estar convencido de lo que estaban haciendo allí.

-En seguida vuelvo, no te vayas.-

Louis se levantó pero antes de salir de la ducha fue retenido por una gran mano fuerte alrededor de su muñeca derecha.

-A dónde..- pero fue interrumpido antes de poder terminar la pregunta.

-Tranquilo, disfruta el agua. No tardo.-