Arya
Volví...
Volví al lugar que se llevó una parte de mi...
Que me destrozó y en donde todos me señalan y miran con lástima.
Siempre ame esta universidad, era mi plan perfecto, termine el instituto con notas sobresaliente, gane mi beca, logre convencer a mis padres de que era lo que en realidad quería, y créanme no es nada fácil convencer a dos abogados, pero lo hice, supere cada maldito obstáculo para llegar aquí, aunque sí sabía lo que me esperaba hubiera estudiando leyes como mis padres querían.
Pasó un año desde mi ataque, desde mis tres días en el infierno.
Pude seguir mi carrera online, claro la prestigiosa universidad no quería una demanda por lo que fueron muy considerados y me lo permitieron, lo que me ayudó mucho pues estudiaba tanto que había días en que llegaba a olvidarme de lo jodida que estaba. Hasta que las pesadillas me devuelven a la realidad, la maldita realidad...
Este es el primer día de mi segundo año de carrera. Tengo tantos sentimientos encontrados, creí que me iba a echar atrás y volver a casa corriendo en cuanto vi la fachada de la resistencia que ahora sería mi hogar, pero reuní todo el valor que tenía y entre, espero que esto sea un punto a favor para superar mis traumas, según mi psicóloga, la Dra Stevens, es un gran paso, aunque yo crea que sigo siendo un pedazo de mierda insignificante, pero bueno... Ella es la que sabe.
Deje mis cosas sin cuidado por la habitación, por suerte mi compañera no estaba, tenía más tiempo para seguir en mi burbuja lejos de las personas. En breve tendría que salir a mi primera clase. Me senté en mi cama y respire hondo varias veces para llenarme de valor y enfrentar mi primer día.
Estaba frente a la puerta, mirando la perilla, llegue tarde así que ya estaría el aula llena.
Sabía que tenía que llegar temprano para evitar esto.
— ¡Mierda! Vamos Arya — murmure, respire profundo y entre.
Solo quedaba un asiento libre delante de todo. ¡Ge.nial! Véase el sarcasmo.
Todos me miraban y no era de extrañar que mi historia fuera de conocimiento público en el campus. Una voz me sacó de mis pensamientos.
— Señorita llega quince minutos tarde — me riño el profesor — ¿Cómo se llama? — preguntó con una ceja enarcada.
¡Ay no!
— Arya Mongomery — dije lo más bajo que pude.
El pobre anciano puso una mirada de pánico, parecía tener ganas de que la tierra se lo trague y ahí caí en que seguramente conocía mi caso.
— Tome asiento — concluyó mirando su escritorio.
Tome asiento y solté todo el aire que no me di cuenta que estaba aguantando.
Los murmullos no se hicieron esperar pero los ignoré, como supongo que voy a tener que hacer todo el semestre.
— Según estadísticas, el segundo año se les hace más difícil y tiene un alto número de bajas, así que este año implementaremos el trabajo en parejas. — dijo el anciano que ya me caía pésimo. Ya era un desafío estar acá y ahora le agregan que si o si tenía que hablar con alguien. — Así que desde la entrada hacia las ventanas miren a la derecha y encontrarán a su compañero — prosiguió el profesor.
Mi compañero me miró con cautela, yo con odio, no quería hacer esto.
— Hola, soy Thomas Vega — estiró su mano para que la estreche.
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ARYA [+18](EN PROCESO)
Teen FictionLa batalla diaria por vivir, por ser feliz, por superar todos los obstáculos para llegar a un objetivo aveces puede llevarte al peor de los desenlaces, pero de la misma manera puede darte las mejores experiencias, solo no hay que bajar los brazos y...