🐱 12. Planes de nochebuena

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[Noche]

Aquellos cuatro no tan amigos se reunieron con el topo de Black Dragon en un karaoke. Aquel abrió el sobre que Kisaki le dio, revisando que la cantidad de dinero dentro sea la que había pedido, y los miró.

– Asegúrate de que nadie se entere de esto, porque si esto se sabe estoy muerto.

– No te preocupes, nadie aquí te va a delatar. Así que, ¿Lo sabes?

– ...Sí. ¿Quieres saber los movimientos del Jefe?

– ¿Los movimientos de Taiju? –cuestionó Chifuyu.

– Sí. Si queremos vencer a los Black Dragon, necesitamos información sobre Taiju. Lo que él hace en un día cualquiera, dónde está, qué hace, y a qué hora. Así tendremos una idea general de con qué estamos tratando. Conocer a tu enemigo lo hace más fácil de derrotar, ¿No es así?

– Oh, ya veo –dijo Takemichi.

– ...Soy uno de los asistentes del Jefe, así que estoy familiarizado con la mayor parte de esto...En primer lugar, el Jefe...

La puerta se abrió de pronto, interrumpiendo a aquel sujeto.

– ¡¿Eh?!

– ¡¿Qué está pasando?! ¡Huele a rata aquí! –sonrió.

– Koko-kun –murmuró aterrado.

Takemichi se sobresaltó nervioso, mientras Kisaki chasqueaba la lengua.

– ¿Qué demonios? ¿Ya hemos sido descubiertos? –se quejó Chifuyu.

– Aw, hombre –sonrió Hanma.

– Nuestra última rata lo pasó muy mal, ya sabes... –se recargó en la pared.– No pudo soportar el peso, así que ¿Creo que se suicidó?

– L-Lo has entendido mal, Koko-kun –sonrió nervioso.– Yo sólo estaba...

Dos hombres más ingresaron a aquella sala. Kokonoi se inclinó hacia él.

– Es tortura...para tiiii –se burló. Miró a los otros dos.– Llévate a esta mancha de mierda de aquí.

– ¡Sí, señor!

Ambos tomaron a aquel traidor de los brazos, arrastrándolo fuera de la sala para llevárselo, mientras él gritaba aterrado pidiendo clemencia.

– ¡Ahora! –miró a los de negro.– ¿Cómo debo tratar con el resto de ustedes? –sonrió, sacando la lengua.

– ...No estamos aquí para pelear –negó Kisaki.

Kokonoi lo miró, dirigió la vista a la mesa viendo el sobre con billetes, y volvió la vista a aquellos cuatro.

– Cien mil.

– ¿Eh?

– Por cien mil les diré, bastardos...lo que quieren saber –sonrió.

Takemichi y Chifuyu lo vieron con sorpresa. Kisaki se levantó y le entregó la cantidad de dinero solicitada.

– Quiero saber cuándo Taiju está solo.

Kokonoi observó los billetes y luego a aquel de lentes.

– El Jefe nunca está solo –guardó el dinero en su bolsillo.– Siempre tiene a cinco soldados con él. Excepto por un día.

– ¿Y cuándo es?

– En navidad. A pesar de su apariencia, el Jefe es un cristiano devoto. Todos los años, en la noche de navidad, él va a la iglesia para rezar. ¡Siempre solo!

Ukiyo 🐱 Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora