26. Desbloqueamos la caja de Pandora

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Así lo denominó James, mis recuerdos eran similares a la caja de pandora que acabamos de desbloquear. Sentía que la pesadez y el malestar corporal se multiplicaban por dos, la tristeza en mi pecho, subiendo como un nudo por mi garganta hasta reventar en un llanto.

Poco después de cinco minutos, me había calmado pero seguía con un leve sollozo en intervalos de segundos. Dentro de mi cabeza se fueron desenredando episodios que conectaban, me cargaban y al mismo tiempo me entristecían.

- La caja de pandora, lo venía suponiendo. Generalmente desarrollamos traumas por acontecimientos que nos marcaron negativamente. Tus rechazos insistente hacia todo lo relación con un romance entre el mismo sexo se debe, seguramente, a la ferviente repulsión que viste por parte de Marcus hacia Alexander y James hacia ti.

Como pude, asentí, mi cuerpo apenas se empezó a recuperar. Seguía sintiéndome cansado y con mucho sueño.

- Encontramos el detonante, ahora tenemos que empezar a curar alrededor de aquello -mencionó dándome un segundo vaso de agua, me caía de maravilla el hidratarme.

- Puedo decirlo con más valentía, odio y guardo gran rincón a cada adulto que estuvo en mi adolescencia hasta mi juventud. Nunca hicieron una mierda y quienes actuaron, solo convirtieron todo en una pesadilla -doy un trago a mi vaso con agua, aprieto mis dientes y tenso mi cuerpo, no podía calmar de repente todo así que necesitaba exteriorizar.

- ¿Quienes son estos adultos que odias? -preguntó James.

- Mi padrastro, Marcus, Emma y yo -dije con atisbo de dolor en mis últimas palabras.

- Perfecto, esa es la lista que vas a empezar. Te vas a atrever a ir con cada uno, hablar y conseguir perdónalos, por lo menos intentarlos. Esta es la etapa de acción que te comenté antes -dijo detrás de su escritorio.

Al principio me negué, era imposible que los buscará y menos solo, me aterraba más que nada y además, yo era el último, ¿Que se supone que haría conmigo mismo?

- Chase tienes que hacerlo, puedes ir al tiempo que quieras pero en algún momento debes de empezar, hasta entonces no puedes devolver el amor que tienes para dar -pasó sus manos por su sien, parecía un poco estresado.

- Pero...

- Atiende a lo que te digo, puedes seguir viniendo pero no conseguirá nada si no lo exterioriza con quienes están involucrados. No tienes que visitarlos, puedes escribirles una carta, llamarlos o hacer un video e intentar expresar todo lo que siente ahí -agregar buscando una solución.

- Y con Alexander, ¿Que pasará? -indagó preocupado.

- También deberías de hablar con él, ser sincero en cómo te sientes y preguntar si cuentas con su ayuda -dijo.

- ¿Ya? -pregunté por ese solo consejo, es mi terapeuta y solo me dice eso, ¿solo eso?

James se encoge de hombros- fuera de mi deber como psicólogo y terapeuta, como amigo solo te doy ese consejo ya que es hora que enfrentes la verdad. Vamos, no puedes ocultarte con la excusa de no recordar porque acabamos de desbloquear la caja de pandora. Traerá revueltas a tu vida pero sabes una cosa importante, al fondo de la caja siempre hay esperanza.

No dije más nada, Hannah entró a la habitación-. ¿Qué sucedió aquí? -dijo Hannah, al ver mi semblante vuelto añicos.

- Solo que le dieron una paliza a tu amigo -dice, echándose a reír ambos.

- No le encuentro gracia a su chiste, yo todavía estoy preguntándome, ¿Cómo voy hablar con Alexander y usted se está riendo? -digo molesto pero recuerdo que Hannah está en la habitación, me tapó la boca.

Ella mira al suelo, especialmente sus tenis- Yo me enteré hace un tiempo de aquello -dijo con vergüenza- ¡pero no por James, jamás! -agregó apresurada.

Espera, retrocedí en mi asiento- ¿Desde cuando...?

- Hace cuatro años en el bar -se acomoda su cabello detrás de su oreja-, los vi besándose y justo, Alexander se confesó. No recuerdas de seguro porque estabas borracho, eso creí pero al día siguiente, al despertar estabas llorando y luego, hiciste como si nada. Ambos actuaron como si nada.

Mira a James, este anotaba en su diario todo-. Al parecer nuestro paciente no ha sido del todo sincero -sonrió un poco molesto.

- Es cierto, estaba borracho y pensé en medio de mi estado adormilado que todo había sido un sueño, por eso me desperté llorando y cuando retome mi conciencia, solo sentía que había olvidado algo pero no sabía exactamente qué. Preferí no ahondar, si lo dejé pasar seguramente era por algún motivo, eso pensé -dije a mi favor.

- Mal hecho -dijo sereno James-, te lastimas tu y a Alexander. Esto afirma que tienes una charla pendiente con Alexander, tu bien lo sabes.

Si, tenía razón desde antes de iniciar la sección sabía que había algo pendiente que arreglar con Alexander y necesitaba hacerlo con urgencia. Mi mente y corazón me escucharon, se alinearon y ahora me quedaba a mi hacer el resto y era hablar con Alexander.

Gusto Culposo ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora