capítulo 2O

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sangyeon secó el sudor que se había acumulado en su frente y nuevamente tuvo ganas de vomitar. desearía pensar que era por todo el alcohol que había consumido la noche anterior, pero no, ya se había recuperado de eso.

miró nuevamenteel celular de eric sobre su escritorio. toda la culpa por haberlo robado se había esfumado en el momento que leyó aquellos mensajes en el chat de changmin. su sangre hervía y querìa ahorcar a juyeon, lo odiaba, lo odiaba con toda su alma. odiaba a changmin por haberle hecho aquello, jamás se imaginaría que el menor estaba fingiendo enamoramiento. sangyeon pensó en todos los recuerdos que tenía con changmin, en aquellos donde lo único que pensaba que era el muchacho más suertudo del planeta porque la persona que amaba lo correspondía.

sentía infinidades de emociones, ira, angustia, vergüenza. changmin se le había reído en la cara y ahora, solo quería hacerle daño. de la forma que fuera.

se cruzó de brazos y suspiró, no tenía ganas de llorar. lo cual era raro. solo quería romper todo y hacer que changmin jamás se olvidara el nombre de lee sangyeon. no sentía ni un poco de remordimiento por la noche anterior, pero aún así, unas horas atrás, había mandado miles de mensajes a changmin, disculpándose por su comportamiento.

pero ahora, unos momentos luego de haber leído las confesiones de amo de changmin por lee juyeon, quiso ser la peor persona del planeta.

nadie iba a destruír a lee sangyeon y salirse con la suya.

tecleó y envió sin dudarlo a aquel contacto olvidado en su propio teléfono. esperó por una respuesta, la cual llegó rápidamente.

una ducha rápida, ropa que resaltaba lo guapo que era, nada de maquillaje y un poco de llanto falso. sangyeon salió de su casa con el teléfono ajeno en sus manos, no caminó mucho hasta que divisó a ji seongmin esperándolo fuera de aquel café.

—noona, que bueno verte. —sangyeon forzó una sonrisa.

—lo mismo digo, sangyeon. ¿vas a decire por qué querías verme? —preguntó impaciente.

—primero entremos, vas a tener que sentarte. —abrió la puerta para su mayor, quien eligió una mesa.

no pidieron más que un café, sangyeon estaba nervioso, sus largas piernas temblaban y no podía dejar de tocar su cabello.

—¿y bien? —seongmin dio un sorbo de su café, mirando a sangyeon con sus grandes ojos, esperando por una puta explicación de por qué tuvo que salir urgente del trabajo.

sangyeon miró el teléfono de eric en sus manos, lo desbloqueó con la contraseña más predecible del planeta —porque así era eric— y abrió el chat.

tomó un sorbo del café y preparó su voz.

—"es que estoy como un idiota tratando de hacer que mi falso enamoramiento por sangyeon funcione y lo único que hago es pensar en juyeon" bla bla bla "y dios, no quería decirlo pero necesito besarl-

seongmin casi había tirado todo por arrebatarle el celular a sangyeon, quien la miró, se podría decir satisfecho. ahora ya no había vuelta atrás.

—creo que se han visto, ambos, más de una vez. —agregó sangyeon, miró la cantidad de expresiones que seongmin había puesto en el lapso de unos segundos.

—¿changmin es... gay? —seongmin lucía sorprendida, lo había dicho con bastante repudio. —el problema no es contigo, sangyeon. —añadió cuando el menor la miró.

—lo sé, solo quería que lo sepas, que tu futuro esposo está en una enferma aventura con tu hermano. —escupió.

lágrimas comenzaron a salir de los ojos de seongmin y su cara se puso roja. sangyeon le acercó varias servilletas.

—es por eso. —dijo. —es por eso que juyeon ya no me trata como antes, ya no quiere acostarse conmigo.

mucho detalle, pensó sangyeon.

—y la pequeña mierda, ¡la pequeña mierda! —casi grita, con furia en su voz. —enfermo, ambos, juyeon y él. siempre supe, siempre supe que tenía que evitar que changmin se acercara a él, no puede ser. no puede ser que mi prometido quiera a mi hermano.

seongmin rompió en llanto nuevamente, volvió a leer los mensajes que su pequeño hermano le había enviado a su amigo.

—¡por eso juyeon me evita! —por dios, sangyeon ya no quería escucharla. —lo siento sangyeon, siento que él hatya tenido que lastimarte así, y a mi... prometo hacerle la vida imposible.

—no importa seongmin, de todas formas no estaré para verlo. voy a China con mi padre. —se acomodó en su asiento. —no tengo una pizca de sentimientos por él.

—yo tampoco sangyeon. yo tampoco. —la mayor se levantó aún llorando y roja, dejó dinero sobre la mesa y puso levemente la mano sobre la de sangyeon. —gracias por contarme.

—de nada, seongmin.

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perdón sangyeon, vos sabes que te amo 😭

𝘿𝙀𝙎𝙀𝘼𝙍𝘼𝙎 𝘼𝙇 𝙃𝙊𝙈𝘽𝙍𝙀 𝘿𝙀 𝙏𝙐 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora