Parte 24. Oso

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Observó el objeto entre sus manos, era un pequeño oso de peluche que supuso que en su momento fue bastante bonito, pero ahora que lo sostenía entre sus manos podía verlo completamente sucio, el pequeño cordón en su cuello que posiblemente era un moño, sus ojos estaban opacos y su nariz un poco descocida.

Levantó la vista del pequeño oso, algún niño debió extraviarlo hacía mucho en aquellos bosques, le sorprendía que estuviese en condiciones no tan deplorables como debería estar tomando en cuenta las lluvias, los animales y la intemperie en general, dio un paso, ya que estaba frente a aquel enorme árbol, sus conocimientos en coníferas y mucho menos de latifoliadas, así que desconocía que tipo de árbol era.

El movimiento al otro lado lo hizo avanzar lentamente con precaución, sabía que estaba soñando de nuevo, y no quería ninguna trampa de aquellas pelirrojas locas, se detuvo frente a la novia de su hijo que estaba atada de pies y manos, y una soga estaba atada a su cintura, se removió al verlo pero tenía los labios cocidos.

—Fueron los gritos de piedad—. Le dijo la niña a su lado.

Draco saltó sobresaltado por lo repentino que apareció y lo tranquilo de su tono, en ese momento no emanaba ninguna vibra aterradora de ella, por el contrario su cabello rojo estaba en largas y peinadas ondas, su vestido rosa palo estaba limpio y sus calcetas de holanes estaban pulcras al igual que sus zapatos de charol.

—Oh, veo que encontraste al señor oso—. Musitó tomándolo de la mano de Draco—. Hacía mucho que no lo veía—. Supongo que esta vez, puede ser tuyo.

La niña avanzó hasta Lily Potter, que se estremeció, suponía que la cara solo con una boca aterradora le provocaba más terror del normal, él ya se había acostumbrado, al parecer porque nada de aquello le parecía extraño, ya no más.

—Hubiese deseado que jamás te cruzaras en su camino—. Musitó la niña, acariciando el rostro de Lily—. Eras tan bonita, que no iba a dejarte correr, ni siquiera hablar.

Lily intentó hablar pero sus balbuceos de dolor y palabras fueron imposibles de comprender para Draco, la niña inclinó la cabeza, mientras le daba al señor oso que se sujetó con la cuerda de sus manos.

—Descuida, si las cosas no van bien, tendremos mucho tiempo para jugar, al menos tú, te irás en un día bastante bonito.

Draco observó a su alrededor, la niña tenía razón, era la primera vez que en sus sueños el sol se colaba entre los árboles, ya que eran muy densos y frondosos, eran rayos tenues, así que debería estar extremadamente soleado, cuando giró de nuevo, Lily Potter colgaba de aquel árbol, sin vida. 

Under The Oak TreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora