¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL RESTO DEL ÚLTIMO TRIMESTRE transcurrió bajo un sol radiante y abrasador. El Colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts había vuelto a la normalidad, solo que con algunas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras habían sido suspendidas (aunque algunos de los alumnos habían tenido muchas prácticas), Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar y Draco prácticamente se había arrastrado por la sala común de Slytherin para que su hermana lo perdonara.
Lo cierto era que al platinado por poco le había dado algo al ver a su hermana llena de raspones y sangre (que no era suya, sino de Harry). Se había puesto cuatro tonos más pálido y había abrazado a su hermana con tanta intensidad que Dianne por poco había escuchado como se le quebraba una costilla. Había lloriqueado y se había arrepentido de haberse peleado con ella por cualquier estupidez.
¿Había tenido algo que ver el observar cómo los Weasley habían estado por Ron y Ginny? ¿Quizás por el ver el lazo que unía a Daphne y a Astoria en acción? ¿O quizás el recuerdo de alguien que todavía dolía...?
Dianne no tenía una respuesta clara a eso, pero estaba segura de que su hermano estaba intentando cambiar. Iba a ser poco a poco, porque lo de molestar a Harry seguiría, probablemente hasta el fin de los tiempos. Sabía que su hermano estaba indignado, internamente, porque el azabache hubiera rechazado su amistad en primer año. Y, también sabía, que verla a ella levemente interesada en Harry... no ayudaba demasiado.
Harry... era otro tema.
Dianne no sabía cómo iba a cambiar todo luego de lo que había pasado en la Cámara, todo lo que Ryddle había dicho... estaba segura de que Harry lo recordaría (porque él siempre recordaba lo que le interesaba, y borraba el resto de la información) y, por eso, intuía que en algún momento le haría preguntas. Pero, ¿Cómo ella iba a responder, si ni siquiera había acabado de comprender todo lo que pasaba? Y no estaba cien por cien segura de llegar a entenderlo, al menos no... hasta que Dumbledore se lo explicara. Y presentía que esa información llegaría dosificada, conociendo la forma de hablar que tenía el profesor.
Muy pronto llegó el momento de volver a casa, algo que, realmente, no le hacía ni gracia. No quería irse a la Mansión, porque no quería tener nada que ver con Lucius. Añoraba a su madre, por supuesto, pero ya estaba. No quería estar en la Mansión Malfoy... así como tampoco quería ser una Malfoy. Pero todavía era pequeña, así que tenía que conformarse con aquello... al menos hasta que algo bueno pasara y pudiera marcharse de allí. Aunque, llegado ese momento, le daría pena por su madre y Draco. Pero esos pensamientos siempre los borraba de su mente, puesto que sentía que todavía quedaban muchos años.
