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Jimin es un exigente hombre de negocios, tan solo las mejores franquicias automotrices llevan por nombre su apellido, el chico sabe lo que quiere y cuando lo quiere.
Para la buena o mala suerte de Jeon Jungkook, el es el nuevo capricho del señor Park.
Pero volvamos un poco al presente, cuatro años después de que el par de jóvenes hayan contraído matrimonio.
- ¿Que es todo esto?
- La nueva sala. No he olvidado la pata rota del sofá pasado, nene.
- Por favor, eso parecía estar hecho de papel ¿Supones que estoy tan gordo?
- No, no lo supongo, estás demasiado gordo. - Jimin se ríe y el menor hace un puchero pequeño. - Aunque, en nuestra boda oí una promesa que no veo haya sido cumplida. - Susurra a su oído.
- Ahora que lo pienso, estás demasiado delgada nena.
— ¿Delgada?! Bebé creo que estás tú demasiado viejo, tu sistema nervioso parece no percibir esto. — bofetada a su barriga. — Cuando follamos. Vamos, no me reire, dime en verdad cuántos años tienes ¿43? ¿48?, Park, esas arrugas no son de 31 años.
Puede que Jungkook esté gordo, pero si piensas un segundo que te hara un lío lloroso, entonces necesitas conseguir un cerebro.
— 29, amor mío. Y touché, pero para tu información mi sistema nervioso está completamente en orden, tanto así que estoy seguro de lo delgado que estás.
Oh no. ¿Jimin está desafiando a Jungkook?
— Bien, cuánto quieres, ganaré lo que sea para demostrarte que estás tristemente equivocado, quiero decir, le hizo todo esto a mi cuerpo después de todo, podría hacerlo 3 veces peor para alguien más.
— Sería un milagro que aumentes al menos una libra al final del mes. Vamos nene, sabes quién gana en las apuestas, podrás ser un vanidoso, pero yo un empresario logístico , llevas jugando el mismo juego estos últimos cuatro años.
— Y tu sabes lo competitivo que soy, así que si lo deseo puedo aumentar 100 libras para el final de mes, y dejarte lloriquear debajo de mi barriga.
Jimin se carcajeo.
— Si eso pasa, te daré todo lo que tú codicioso ser desee, el acceso a mi cuenta bancaria personal e incluso un premio de consolación, se lo flojo que es mi cerdito, incluso para ganar peso, no lo lograrás aún teniendo un año para hacerlo. — El mayor finge un puchero apretando las mejillas de Jungkook.
— Bien, pero si yo gano tendré tu tarjeta y tú polla como mi linda mascota.
Jimin se rió.
— ¿Estás seguro de que quieres apostar? Bien. Si yo gano, seguirás siendo mi lindo cerdo obediente pero a diferencia de ti, yo te haré ganar el peso que me plazca, y como un buen cerdo harás lo que diga toda una semana.
