CAPÍTULO 4: SEPARACIÓN

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Pasamos por al menos 6 lugares antes de que anocheciera, por fin volví a usar un pantalón cómodo y una blusa cómoda después de un mes y medio en bata.

– la ciudad es un lugar peligroso.

– demasiado cierto, demasiada gente, demasiados muertos vivientes. – comentó Fay.

– moriremos en unos días, en esta semana si seguimos en la ciudad, hay que ir al bosque.

– ¿y qué hay ahí? – preguntó Allison.

– árboles, podemos acampar y poner las cuerdas con latas alrededor para saber que estamos seguros.

– okay... ¿Y seguros que estaremos más seguros en el bosque que dentro de un lugar?

– al menos si ese lugar está en la ciudad, será inseguro.

– mañana partimos hacia el bosque entonces.

– a ver, enfermerucho...

– ya va a empezar otra vez... – dije tapandome la cara, rogando porque Will no le diera un ataque de ira y la golpeara.

O sí, para que deje de quejarse de una vez por todas.

– siempre eres tú el que da las órdenes.

– niña, él era el jefe de enfermería y lo fue durante 20 años en ese lugar hasta que empezó todo esto, jamás cuestiones lo que Eli diga e indique. – le dijo Kenny. – él sabe qué es lo que hay que hacer y lo que no. – no sé volvió a escuchar ni pío de ella.

[...]

Dos días después ya nos encontrábamos instalados en el bosque, con tiendas de campaña armadas, cuerdas alrededor de los árboles y latas vacías amarradas a esas cuerdas.

– ¿qué tienes, Rory? – me preguntó Abbey preocupada.

– extraño a mi familia, es todo, ¿y tú? ¿Extrañas a tu familia?

– extraño a mis hijos, tengo una niña y un niño, 15 y 13 años. – sonreí. – no los he visto desde hace 5 meses... Yo quiero irme pero no quiero irme sola a buscarlos. – sacó una foto de su pantalón. – mi papá, en una visita me la dio secretamente, no sé cómo pero de repente la foto estaba hecha rollito en mi pulsera de paciente. – vi la foto, sus hijos se veían idénticos a ella, se veían lindos, me recordaban a mis hermanos. – tenla.

– ¿qué? No, es lo único que te queda y yo no soy...

– yo los recuerdo perfectamente y necesitaré ayuda para encontrarlos. – sólo la miré. – insisto.

– bien. – la guardé.

– gracias, Rory. – dijo sonriendome y tomándome de la mano, yo sólo le sonreí devuelta.

– yo también quiero irme pero no quiero irme sola.

– podemos irnos las dos. – negué. – ¿por qué no?

– Eli.

– ¿tienes algo con Eli?

– lo veo como una figura paterna, tal vez un tío, no lo sé, pero no puedo abandonarlo, no después de semanas de ayudarme no siendo cruel como muchos enfermeros lo eran y ahora que me ha salvado, de no ser por él aún seguiría atrapada en esa habitación. – sonrió tiernamente de nuevo. – él no abandonaría al resto, pero sí entendería si me fuera pero me dolería.

– lo entiendo. – escuchamos unos gritos afuera y salimos de nuestra tienda, ya era de noche, era Evan gritando y mirando hacia arriba.

– ¿qué pasó, Evan? – preguntó Fay acercándose a él y Evan apuntó hacia arriba, fui por mi linterna y la encendí hacia la dirección que indicaba Evan, Abbey también soltó un grito agudo.

– no es la gran cosa, ya le tocaba. – dijo Allison.

– sólo tenía 17, ten empatía, por amor de Dios. – dijo Fay abrazando a Evan.

Kendall estaba colgado, se había suicidado.

– ¿quedó cuerda?

– quedaron como tres metros, ¿por qué?

– solía acampar con mi papá en las vacaciones, sé hacer trampas, así que pensaba hacer unas para conseguir de comer. – nos sorprendimos. – ¿qué?

– para ser un chico de muy pocas palabras, eres bueno en varias cosas.

– bueno te dejamos haciendo tus trampas, te toca vigilancia con Kenny.

– por eso pidió la cuerda, no iba a hacer trampas.

– bueno... hizo una para su cuello. – dijo Allison y todos la miramos mal. – ¿qué? Es la verdad.

– ¿y Kenny? Estaba haciendo vigilancia con Kenny. – dije.

– Rory... – señaló Fay. – voltea. – eso hice y vi la tienda de Sybil, otra ex paciente, y Mary, una enfermera, estaba llena de sangre y media abierta.

– carajo... – susurré. – ¿Eli? – asintió, saqué mi cuchillo y me acerqué más a la tienda. – chicas, ¿está todo bien? – no hubo respuesta alguna. – ¿Sybil? ¿Mary? – me asomé, Kenny estaba devorando a Mary y Sybil no estaba, él parecía tener apuñaladas en la espalda. – lo siento. – me acerqué más, maté a Kenny y le encajé el cuchillo a Mary. – lo siento muchísimo. – salí. – Kendall mató a Kenny y Kenny a Mary. – todos menos Will y Allison estaban devastados. – pero Sybil no está.

– debemos ser 12 personas... contando a los fallecidos, Allison, William, Aurora, Abbey, Evan, Kendall, Kenny, Nataly, Fay, Mary, Eli, Sybil, ¿quién falta aquí?

– Sybil es la única que falta.

– eso no es cierto, ¿quién duerme con Kendall?

– Nataly. – fuimos a su tienda, estaba cerrada, la abrí y allí estaba Sybil junto a Nat, Sybil llorando, cubriendo su brazo.

– dice que Kenny la mordió.

– Kendall mató a Kenny y luego se suicidó.

– luego Mary abrió el cierre porque escuchó ruidos y entró Kenny abalazandose sobre ella, traté de ayudarla pero él me mordió y ella me dijo que mejor me fuera y sólo se me ocurrió venir con Nataly.

– y no me dejó salir, por eso no avisé, lo lamento.

– no lo lamentes, vamos a ver esa herida, tienes suerte de que quedan cuatro enfermeros. – escuchamos otro grito, era Fay, un muerto estaba mordiendole el cuello.

– no están las cuerdas.

– maldito Kendall.

– dudo que haya sido Kendall... – dije mirando a Allison.

– todos tomen sus cosas y vámonos, vámonos. – fui a mi tienda de campaña por mis cosas, busqué a Abbey pero ya se había ido, igual Eli, de pronto sólo eran muertos y ni un vivo, los vivos que restaban ya habían escapado.

Ahora era mi turno de escapar, así que comencé a correr lo más rápido que pude, lo más lejos que pude de esos muertos desgraciados vivientes.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora