Perfect [Daryl Dixon & Tú]

CAPÍTULO 6: MAMÁ Y PAPÁ

Caminamos hacia la casa, vimos a lo lejos una caravana, unos autos y una moto instalándose.

– ¿y ellos?

– es el resto del grupo. – respondió Harley. – te caerán bien, en especial Glenn.

– ¿en serio? ¿por qué tan segura?

– tiene 25, es de tu edad.

– yo tengo 23.

– bueno... es casi de tu edad.

– ¿ves a esa chica linda y a la rubia? – asintió. – también son de por mi edad, la chica linda se llama Maggie y la rubia es su hermana menor, se llama Beth, ¿hay algún otro niño en su grupo?

– había otra niña, pero se acaba de perder, hay un chico de 13 años.

– bueno, se acerca a ti y a Carl, vamos con mamá y papá. – entramos y a la izquierda estaban al fondo del pasillo, mamá volteó por instinto.

– ¡Rory! – bajé a Harley y corrí hacia los brazos de mi mamá. – te extrañaba, mi hermoso solecito.

– ¿por qué no fuiste a buscarme?

– no me dejaron sacarte, dijeron que era mejor que te dejara ahí, que era más seguro para ti.

– estuve segura por 17 días, después Eli me ayudó a salir y varios salimos de ese estúpido lugar. – sonrió.

– te ves bien.

– estoy bien. – me volvió a abrazar muy fuerte y besó mi mejilla. – mamá, yo también te extraño pero me asfixias. – me soltó.

– lo siento. – miré a papá y él a mí.

– hola papá... – sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó.

– lo siento, te amo hija.

– lo que dije fue mentira, no lo dije en serio. – dije abrazandolo.

– igual yo.

– aww... – escuchamos a Harley.

– sólo falta que Carl despierte para tener un abrazo familiar.

– sí. – me acerqué a él y besé su frentecita, es el hermano de en medio. – te amamos Carl, resiste.

– quiero presentarte al grupo.

– es una buena idea, así su papá puede aprovechar a ir a descansar.

– Lori...

– Shane ya quedó de ir con Otis por las cosas de la cirugía, no te preocupes, ya se están preparando para irse y necesitas descansar, yo lo cuidaré. – papá suspiró y asintió.

– bien, vamos niñas. – salimos de la casa y comenzamos a caminar hacia lo que parecía el campamento del grupo.

Sentía unos extraños nervios cada vez que nos acercábamos más a ellos pero luego dejé de prestarles atención.

– ¡Rory! – gritó Evan y me abrazó, todos se me quedaron mirando.

– con que ya lo conocías.

– sí.

– ¡Nat! – salió de una tienda.

– gracias al cielo, siguen vivos ustedes. – las abracé también.

– nos alegra verte viva.

– lo mismo digo.

– ah sí, ella es Rory. – saludé con un ademán en la mano.