Una razón

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Sus labios temblaron cuando el fino tacto de la hoja de papel raspó con suavidad la yema de su dedo.

Mordió sus labios leyendo una y otra vez la misma nota que había encontrado al llegar en su asiento, con cada palabra raspando su confusión, creando más preguntas que respuestas, mostrándole en un silencio el vivir del delirio.

Froto su mano libre contra su propio brazo, dándose calor y dejando la nota donde la había encontrado.

¿Por qué?

Seguía recordando, seguían siendo unas palabras con heridas nunca cicatrizadas.

¿Acaso debería hacer caso y atender su pedido?

Pero, sabía que, muy dentro suyo, justo después de la curiosidad y las millones de preguntas, no podría hacerlo.

No sería capaz de dejarlo.

No seas su amigo ┊yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora