Su sangre en la nieve

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 Hola!! Espero que os guste mi historia, aun no soy muy buena escribiendo y espero que cualquier critica me la digais para asi poder mejorar. Con esta historia pretendo dar a conocer las dificultades no solo de la vida en la época en la que esta ambientada sino ahora, y demostrar que a pesar del dolor todo el mundo puede seguir adelante. Esta es mi historia...

Muchas gracias por leerme.  :) votadme si os gusta ^^ 

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Prologo: El dolor siempre es más fácil.

Todo fue muy rápido, cuando me di cuenta de lo sucedido la herida que le causo la muerte ya estaba hecha y su cuerpo yacía en el suelo, con la cabeza sobre mis rodillas. La sangre le salía a borbotones por la boca y por la herida, profunda y limpia, la cual había estado a punto de cortar su columna vertebral.

La espada se alojaba aun en su interior, la hoja estaba bañada por el reluciente y espeso líquido  carmesí, que al caer a la nieve la derretía y hacia de esta un rio de sangre y hielo… un rio con el color de la muerte. Saqué la espada de él cómo pude, sin poder evitar que profiriese un amargo grito de dolor.

Le mire a los ojos mientras caía al suelo, unos ojos que infundían amor y que mostraban  sorpresa. Antes de caer al suelo le cojo como puedo y lo coloco cuidadosamente sobre mi capa, para que no esté en contacto directamente contra el frio hielo. Nada mas acomodarle un poco mi única reacción es coger todas las pieles que encuentro por el lugar, incluida la capa de mi hermano y colocarlas por encima de él para que conserve el calor, intentando que viva. Un trozo de tela que encuentro está destinado a taponar la herida… de la cual no cesa de salir sangre.

Mientras su cabeza está en mis rodillas, no puedo parar de mirarle, de acariciarle, y de recordar todos esos momentos que habíamos pasado juntos. Realmente, los dioses no se apiadaban de nadie, ya fuese joven o anciano, estuviese loco o simplemente loco de amor… los dioses no me iban a ayudar en este momento, sabía que su muerte estaba cerca.

-       -  Lo siento, lo siento muchísimo – le susurro al oído. Mi voz esta entrecortada y las lagrimas empiezan a acumularse en mis ojos.

No me duele perderle, no me duele ver su herida, no me duele saber que ya nada volverá a ser como antes; me duele saber que muere sin tener que hacerlo, su hora aun no había llegado, muere por una traición, una traición que fue planeada por mi propio hermano.

-          -  No te vayas, aun no. Él me obligó – le suplico y señalo a mi hermano – él lo planeo todo, me dio la espada equivocada. – sé que mis explicaciones no servirán de nada pero aun así continuo – mi hermano es el culpable de tu muerte, el me traiciono y traiciono sus principios, traiciono a los dioses… - mis palabras ya no son tristes, ya no me tiembla la voz, solo hay odio.

 -  Lo sé – me contesta en un susurro apenas audible – no le odio, igual que tu no deberías odiar a tu propio hermano, solo actuó como creía que debía. Prométeme que no me olvidaras nunca.

  -    Te lo prometo  - solo consigo decir eso antes de que su cuerpo empiece a convulsionarse. 

 La muerte le abraza, pero sus ojos de color azul intenso quedan abiertos, mirándome, ahora ya inexpresivos y fraos, pero que en su día habían estado llenos de amor y felicidad.

Dejo su cabeza sobre el suelo y cierro sus parpados diciendo:

-          -   Que las valkiria  te protejan en el camino hacia el valhalla…

Me levanto del suelo y miro a mi hermano, que ha pasado todo el tiempo sentado sobre un montículo de rocas heladas a un lado de la triste escena.  Como no le digo nada, se levanta y se dirige hacia mí, con intención de consolar mi pena.

-           -   Lo lamento, era lo más correcto – me dice apenado.

 -  ¿Lo que debías hacer? – le digo con odio - Matar a la única persona que me ha querido como soy, a la única persona que he amado ¿Eso era lo correcto? No tenias pruebas, no sabias nada de él  ¿cómo te atreviste a juzgarle?

 Mi hermano sin saber que respondes dirige su mirada hacia el suelo, y yo, cegada por la ira y el dolor aprovecho esa distracción para coger la espada manchada de sangre del suelo y cargar contra él.

Todo fue demasiado rápido, pero para que entiendas, mi querido lector esta historia, para saber si mi hermano está vivo o no, para averiguar por qué ahora me encuentro en el largo camino de conocerme a mí misma, de entenderme a mí misma, antes debes saber mi historia, y saber por qué sucedió todo esto. 

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Espero que os haya gustado el prologo. Dentro de unos dias, espero que no mas de tres subire el primer capitulo. De nuevo muchas gracias. 

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