La Tierra, 15 días desde Exodus
—¡¿Qué diablos llevas aquí?! —exclamó una azabache casi sin aire mientras descargaba una caja en el suelo—. ¡¿Tu colección de rocas?! —una risita salió por parte de la castaña que se encontraba organizando cosas en la nueva cocina.
—¿Desde cuándo te volviste tan llorona? —la CEO elevó una ceja.
—¿Y tú desde cuando te volviste tan fría? —la nueva dueña de la casa volvió a reír y negó con la cabeza.
—Estás rara Lee —dijo con ojos entrecerrados—. Hay algo... diferente —nuevamente la ceja se hizo presente.
—¿Diferente bueno o diferente malo? —preguntó sin saber si las palabras de su amiga eran con buenas o malas intenciones.
—Bueno. Definitivamente bueno —respondió rápidamente—. Tienes como... ¡un brillo! —exclamó emocionada al encontrar la palabra—. Sí, eso. Estás reluciente —la castaña abrió tanto los ojos que parecía como si fueran a salirse, mientras su boca abierta sonreía—. Ahora lo entiendo todo. ¡Estás embarazada! —Lena frunció el ceño al escuchar el chillido eufórico de su amiga.
—¡¿Qué?! ¡NO! —el rostro alegre de la castaña decayó.
—¿No? —la CEO negó rápidamente.
—¡Claro que no!
—Oh —su voz tuvo un poco de decepción que pasó inadvertida por su amiga—. Entonces dime que te tiene así. Porque supongo que esa es la misma razón por la que vine aquí.
Las pálidas mejillas adquirieron una pequeña sombra rosa al pensar en cómo hablaría de la causante de todo esto. Pero se vio salvada por unos pequeños brazos que la envolvieron por la espalda, y una sonrisa se formó en su rostro con tal acto.
—Creí que nunca me darías mi abrazo —dijo con falsa indignación.
—Estoy enojada contigo —se justificó la pequeña tras ella, la azabache alzó su ceja, y la castaña puso los ojos en blanco y negó.
—¿Se puede saber la razón? —preguntó la CEO.
—Hiciste que nos mudáramos.
—Ay, princesa —jadeo acariciando las pequeñas manos en su abdomen—. Lo siento por eso, pero ya verás que acá la pasarás igual de bien que en Metrópolis. Incluso mejor.
—Está bien. Igual entiendo por qué lo hiciste —las palabras de la más pequeña congelaron a Lena.
—¿A-a qué te refieres?
—Mamá me dijo por qué nos hiciste mudar —los ojos verdes miraron con asombro y miedo a la mujer frente a ella—. Dijo que estás pasando por la menopausia —la expresión asustada se convirtió en una de molestia en menos de un parpadeo.
—¿Con qué eso dijo? —murmuró entre dientes, la castaña solo levantó los hombros restándole importancia.
—No me dijiste nada. Debía sacar mis propias conclusiones —la CEO puso los ojos en blanco.
—¿Qué te parece si vamos a almorzar?
—¡Sí! —respondió efusivamente la mujer más alta—. Mi estómago ruge —los ojos verdes se entrecerraron.
—No te hablaba a ti —notificó con frialdad para luego dar acaricias a las manos que la envolvían—. ¿Qué te parece si vamos a almorzar, princesa? —la cabeza apoyada en su espalda hizo fricción mientras asentía.
—¿Ya están todas las cajas adentro? —preguntó la castaña en tono serio.
—Acabo de traer la última —respondió la mujer frente a ella, dándole una sonrisa victoriosa mientras sentía el pequeño cuerpo desprenderse de ella.
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Danvers sisters (Supercorp)
Fiksi PenggemarDebido al proyecto Exodus, Alex está a años luz de la Tierra. Ahroa deberá encontrar una manera de volver a su hogar y no morir en el intento. Al mismo tiempo, Kara tendrá que rehacer su vida y defender National City sin la ayuda de su hermana. Está...