Capítulo 4

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Una boda llena de alegría y diversión, y sentimientos inquebrantables.

『🌸』

El día de la boda.

Mo Ran llegó a la recepción donde se encontró con Xue Meng y Shi Mei, cada uno vestido con un traje completo azul marino y negro respectivamente.

Parecía que también había llegado temprano. Solo había unas cuantas personas más esperando.

Mo Ran hubiera querido traer consigo a Chu Wanning, pero éste le había dicho que se adelantara. Parecía que había habido un pequeño percance con su traje.

"Perro, ¿De verdad viniste así?" Xue Meng lo observó con una mueca de desagrado.

Mo Ran se dio un vistazo rápido antes de volver a mirar a Xue Meng, claramente confundido. "¿Qué tiene de malo?"

"¿Sabes qué día es hoy?" Xue Meng preguntó, incrédulo.

Mo Ran arrugó la frente. ¿Qué clase de pregunta estúpida fue esa? "La boda de Ye Wangxi y el tonto de Nangong Si, dah."

"¿Y entonces por qué estás vestido así?" Xue Meng se cruzó de brazos.

"¿Qué tiene?" Mo Ran lo enfrentó, también cruzándose de brazos.

"Es un evento formal, ¡¿Cómo pudiste venir así?!" Xue Meng lo señaló, ya enfadado.

Mo Ran se pellizcó el espacio entre sus cejas antes de reírse entre dientes. "Mengmeng, uso traje todos los días para el trabajo. Sería muy aburrido si vengo igual, así que opté por esto". Para recalcar sus palabras, extendió los brazos y dio una vuelta completa en su lugar.

Mo Ran había escogido un pantalón de vestir negro junto a una camisa del mismo color hecha de seda con algunos patrones dorados, que estaba metida pulcramente en esos pantalones y arremangada hasta los codos, con los botones abiertos hasta revelar la mitad de ese pecho miel y musculoso. Cada prenda delineaba distinguidamente cada porción de su cuerpo fornido.

Podría no ser un estilo completamente de gala, pero en Mo Ran se veía muy adecuado y cautivador.

Una cadena con una preciosa gota roja se mostraba con orgullo en ese pedazo de pecho desnudo, volviendo toda su aura aún más atractiva y descarada.

Shi Mei ladeó la cabeza y dijo con una sonrisa suave: "No está mal."

Mo Ran, con una sonrisa de idiota: "Ves, Mengmeng."

Xue Meng solo se dedicó a soltar un "hmph" y rápidamente giró la cabeza hacia un costado. Estaba completamente reacio a darle el más mínimo cumplido.

Mo Ran no pudo evitar llevar sus manos a las mejillas de Xue Meng para apretarlas, debido a su actitud de niño mimado, que en el fondo lo hacía adorable.

Shi Mei, trató de aplacar la tormenta que se avecinaba: "Chicos..."

Xue Meng se puso colorado al instante y dio un brinco en su sitio. "Tú, perro..." Estaba a punto de alejar esas manos asquerosas y darle una paliza cuando de repente, por el rabillo del ojo vio a alguien aproximándose.

En un santiamén, los dos hombres jóvenes se separaron para admirar a esa divinidad que iba en su dirección.

La elección de ropa de Chu Wanning era simple y totalmente fascinante; nadie podría apartar los ojos de una belleza fría y sumamente magnífica.

Chu Wanning era la ventisca que arrasaba la nevada más helada, congelando los corazones de todos, pero de una manera amena. Comparado con este caluroso día de verano, su llegada fue mortalmente una salvación.

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