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La puerta es abierta y cerrada de forma brusca, ocasionado un fuerte sonido que llama la atención de los tres presentes en el interior de la casa que no dudan en levantarse de su lugar y caminar a la entrada confundidos.

- ¿Minie? - cuestiona su madre - ¿qué sucede?, ¿no iban a ir de viaje? -

- ¿Se han pospuesto los viajes o algo?- habla su padre.

- ¿Por qué iba a irme de viaje? - pregunta - tengo cosas que hacer, pero si quieren ir, deberíamos ir todos, después-

-¿Eso significa que si se canceló?- murmura confundido a su esposa.

- ¡Eso sería fantástico! - exclama feliz la mayor después de ver a su esposo y encogerse de hombros - ¿tienes hambre?, hace poco comimos, te serviré un poco o tal vez prefieras descansar-

- No tengo apetito, pero te agradezco - dice cortésmente. - Descansaré un poco - añade.

- ¿Dónde está, Jungkook? - indaga por fin, Jin.

Inmediatamente la mirada detestable de Jimin se posa en su hermano, haciendo que se sobresalte confundido.

- Cállate maldito traidor - espeta molesto. - No entiendo como tienes el descaro de hablarme siquiera - añade, sorprendiendo a todos.

- ¿Cómo...? - murmura.

- ¿De qué estás hablando, Minie?, ¿cómo qué traidor? - inquiere la mayor.

- Anda, diles lo que hiciste - le pide. - ¡Ten el valor de enfrentar tus acciones! - lo señala, elevando el tono de su voz en cada palabra.

- Y..., yo no sé d..., de qué hablas - trastabilla, nervioso.

- De verdad, ¿no?, ¿o sólo estás fingiendo como el falso que eres? - lo ataca. - ¡Mentiroso! - grita.

- Jin, ¿qué fue lo que hiciste? - pregunta, alarmado su padre.

El mencionado se pone nervioso mientras es arrinconado por los tres pares de ojos que lo cuestionan y juzgan.

Claro que sabe lo que había hecho, simplemente no quiere confesarlo a sus progenitores.

- ¿No vas a hablar? - insiste Jimin.

Sus manos tiemblan y sus ojos se llenan de lágrimas.

- Lo siento...- pronuncia en un murmullo.

- ¿Qué sientes, Jin? - cuestiona.

- Lo que hice, yo... no pensé y -

- Claro que no pensaste, por supuesto que no hiciste - verbaliza dolido, Jimin. - un traidor como tú, no es capaz de arrepentirse del daño que hace, ¡incluso a su hermano! - alza su voz.

- No es verdad... - habla Jin, con voz quebrada.

- ¡Demuéstralo! - articula exasperado. - Si de verdad lo sientes, diles lo que hiciste - insiste, ignorando las lágrimas en las mejillas que recorren el rostro de su hermano, y es que no siente remordimientos por ver las lágrimas en lo absoluto.

- No puedo - gesticula mientras niega.

- ¿Por qué no? - lo ataca una vez más, Jimin. - No dijiste lo mismo cuando de lastimar y traicionar a tu hermano se trató, debiste haber dicho eso para no lastimarme y traicionarme, y si no estuviera confrontándote estoy seguro que lo continuarías haciendo, como el mentiroso, sinvergüenza y descarado que eres -

- Me acosté con Jungkook - suelta de sopetón.

No hay sorpresa en el rostro de Jimin, en cambió su madre, lleva una de sus manos a su boca y su padre, niega sin poderlo creer.

- ¿Cómo pudiste hacerle eso a tu hermano? - cuestiona con decepción su padre.

- Por qué me gusta y yo le gusto a él, estoy seguro - contesta Jin, y añade. - Si te amara me hubiera rechazado -

- ¡¿Tú te le insinuaste?! - medio grita histérica su madre.

- ¡Él pudo rechazarme y no lo hizo! - suelta, exasperado Jin.

- ¡Eso no mejora lo que hiciste!, ¡¿qué clase de hijo tuve y eduqué?! -

- Uno cínico, descarado, poca cosa y al parecer envidioso de la felicidad de su hermano, que se le insinúa y seduce a su pareja para sentirse mejor - acota Jimin, con tranquilidad.

- No te envidio nada, por más que lo desees - espeta Jin.

- Tienes una extraña forma de demostrarlo - se burla - Pero está bien, que te aprovechen mis sobras, al final es lo que los mendigos como tu desean, las migajas de lo que uno deja -

- ¿Cómo te atreves...? - lo ataca Jin, furioso.

- ¡¿Cómo te atreves tú hacer eso?!, ¡estoy más que decepcionada de ti, Park Jin! -

- Tal vez deba irme de casa, no soporto verlo - menciona Jimin.

- No, tú no te vas - replica de inmediato su padre. - Jin, lo hará - agrega con seriedad.

- ¡No puedes echarme! - alza su voz, Jin, desesperado.

- Eres el mayor y si te ama tanto como lo relataste, estoy convencido que te aceptará. Esta es mi casa y hago lo que quiero, así que si puedo echarte - declara.

La madre de ambos chicos camina hasta el cuarto de su hijo mayor, toma las cosas con rencor, mientras Jin, intenta convencer a su padre que no lo corra de la casa.

Jimin, por su parte, se limita a observar, su cabeza le empieza a doler así que viendo con satisfacción cómo su hermano es echado de la casa, va a su habitación para encerrarse, cierra la puerta y se recarga en ella un momento.

Lleva su mano derecha a su pecho al sentir una punzada de dolor donde se ubica el corazón, sus ojos se llenan de lágrimas y en la soledad de su habitación se permite llorar por todo lo que siente, liberando todas las emociones en su interior.

Sí, se siente roto, por supuesto que lo siente, puede sentir como su pecho duele, y que por más lucha que haga para no derramar lágrimas, no puede contenerlas, siente como el nudo en su garganta se hace más grande, tanto que teme no poder respirar, suelta un quejido y se desvanece de forma lenta cayendo sobre sus rodillas. Llora, solloza, hipa, y siente que algo lo quema y carcome por dentro, aunque no sabe exactamente porque se siente de esa manera con exactitud, es algo que no puede explicar y mucho menos recordar.

 Llora, solloza, hipa, y siente que algo lo quema y carcome por dentro, aunque no sabe exactamente porque se siente de esa manera con exactitud, es algo que no puede explicar y mucho menos recordar

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