Ⓐⓝⓖⓔⓛ {Tommy Shelby}

Capítulo 13

-Ven Meg, vamos a dentro, hace frío aquí -susurró Nick con gentileza aún acariciando la espalda de la chica.

Ella se separó aún con lágrimas en los ojos y abrió la puerta, como todo caballero él insistió en que ella entrara primero y una vez dentro no pudo con la curiosidad de saber por qué la mujer que rondaba en sus sueños estaba en aquel estado.

-¿Qué sucedió? -se le acercó y la guió hasta sentarse en el sillón.

-Nick... -tenía miedo de decirle la verdad, dudaba que él no lo supiera pero no quería romper el corazón del dulce muchacho que la había estado haciendo sonreír en los últimos días -Tommy...él estaba con Grace y... y yo -un nudo en la garganta no le permitió hablar con claridad.

Pero él al ver que los ojos café de su compañera se movían involuntariamente hacia una fotografía de Thomas en el mueble a unos metros, sabía perfectamente de qué hablaba.
El ex soldado sabía muy bien lo que Megan sentía por el jefe de la familia Shelby. La persona que no se diera cuenta tenía que ser ciega y tonta. También sabía que el Shelby estaba en una encrucijada entre Megan y la sospechosa camarera del Garrison. Conocía la relación tan cercana e íntima de ambos...y le dolía.

Le dolía no sólo porque ella amara a otro hombre, sino porque ese otro hombre parecía no darse cuenta de la increíble y única oportunidad que tenía. La oportunidad de amarla, amarla con él lo hacía, con sinceridad y ternura. Thomas estaba desperdiciando lo que él deseaba desde que la vio por primera vez en la casa de apuestas luego de volver de la guerra.

-Sé que amas al señor Shelby, también sé que sabes lo que siento por ti -contestó luego de relamerse los labios por los nervios -No quiero asustarte ni ponerte presión en nada -le sonrió al ver el miedo en sus ojos -Solo quiero que sepas que...si tú me dejas intentaré ganarme su lugar -sus mejillas se tiñeron de un color rojo carmesí mientras pensaba en lo tonto y cursi que había sonado eso.

Megan sonrió y una lágrima más calló con su mejilla, se acercó para tomarle las manos.

-Mereces más que esto que puedo darte, eres un chico increíble, casi irreal -rió cuando el color rojo en las mejillas del rubio pasó a estar sobre toda su cara -Puedo asegurarte que no necesitas mucho trabajo para conseguir lo que dices, solo...yo soy la que necesita dejar a Thomas de lado. No es fácil.

-Nunca dije que fuera así -se puso de pie -eres fuerte, sabrás qué es lo mejor para tí Meg. Decidas lo que decidas...estaré de acuerdo. Si elijes a Thomas yo...lo aceptaré y si quieres me alejare pero mereces ser feliz. No quiero más que eso.

Ella saltó una vez más a sus brazos y sintió el calor y el dulce aroma de su perfume. No quería soltarlo. Se apartó unos centímetros para verlo a los ojos y luego bajó a sus labios. Lo besó.

Lo besó y las piernas del rubio se aflojaron de la sorpresa y nervios. Tardó un segundo en reaccionar y corresponder a ese beso que soñó durante tanto tiempo.

Los labios de Megan eran suaves y se le hacían los más dulces que había probado. Todo en ella le parecía así, único.

Por su parte, Jones sintió su corazón acelerarse como hacía tiempo. El cariño y respeto que tenía el chico para acariciar sus labios era nuevo para ella. Le gustaba.

Al separarse ambos estaban sonrojados pero extrañamente cómodos y felices.

-Tienes esa oportunidad y prometo poner de mi parte -le susurró.

-Gracias linda -con esa ternura y gentileza que lo caracterizaba acaricio su mejilla.

-¿Quieres quedarte? -le preguntó ella.