Parte única

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Kirishima se encuentra sentado en el sillón de su sala mirando fijamente la pantalla de su laptop, esta tenía la ventana de búsqueda centrada en un sitio para padres, primerizos, para ser exactos. Desde hace meses que tiene la idea metida en la cabeza y no puede dejar de pensar en ello. Quiere un bebé, específicamente con el amor de su vida con el que sostiene una relación desde hace 5 años. 

Supone que por ser Alfa siente un deseo irracional de concebir una criatura con la persona que ama. Se la pasa imaginando cómo sería tener en brazos a el pequeño fruto de su amor que los une a los dos, una niña con increíble actitud guerrera, un niño tierno y dulce o ambos, tantos como fuera posible. Pero sus ánimos decaen cada vez que quiere plantearle la idea a su esposo. Las palabras están en su mente a punto de salir de su garganta, pero jamás salen, no se atreve ni a llamarlo para hablar. Está tan asustado de la respuesta que simplemente calla y se resigna a que nunca tendrá la oportunidad de dejar una parte de ambos en este mundo.

¿La razón?

Katsuki detesta a los niños. Cada vez que se encuentra cerca de uno se ve como pone caras de desagrado y molestia por ellos. Incluso si se presentaba la ocasión en que debía salvar a un niño, el rubio le dejaba la tarea a cualquiera que estuviera cerca para que no tuviese que ir él. Y le duele, siente que no puede hablar con él del tema porque se verá reacio a la idea.

- ¿Qué haces? - pega un sobresalto al escuchar la voz ronca de su esposo y se apresura a cerrar todas las ventanas de la laptop.

- N-Nada, nada. No podía dormir. - gira su cabeza para verlo.

- Si tenías hambre, podías decirme. - comenta al ver que tenía un paquete abierto de galletas de chocolate sobre la mesa ratona. 

- No quise molestarte. - apaga el aparato y lo deja a un lado. 

- ¿Qué mirabas? - pregunta sentándose con él.

- Ah, nada. Solo... una tontería. - pensaba no decir nada.

- ¿Y por qué te pusiste nervioso cuando bajé? - interroga. 

- ¿Qué...? Yo no... - entrecierra los ojos. La cara del pelirrojo delata que tiene razón. - Bueno, si. - baja la cabeza resignado a ser descubierto. Es pésimo para mentir cuando se trata de ocultarle algo al hombre que ama, sobre todo cuando lo mira así. Teme por su vida. 

- Ei, no quiero meterme en donde no me llaman, pero si me quieres decir algo, quiero saber. - el Alfa se rasca la nuca apenado. - ¿Es algo malo? - podía ser.

- No... creo. - duda. No piensa que sea algo malo, pero al no conocer la opinión de su esposo, no está seguro de nada. 

- ¿Es por una misión? - ojalá. Sería más simple.

- Kats... - llama para aclarar que dirá algo. El nombrado espera a que lo haga, aunque se tarda más de lo necesario y eso le preocupa. - ¿Te acuerdas cuando nació el hijo de Kaminari y Jiro? - pregunta ya subiendo la vista a los rubíes del Omega. 

- ¿El día? Si, lo recuerdo. - responde aparentemente extrañado. Por supuesto que se acuerda de la fecha. Cumplió dos años hace un mes.

- No hablo de la fecha. Me refiero... - le resulta difícil abordar el tema. - ¿Recuerdas sentir algo ese día? ¿Algo... diferente? - el rubio mira a varias direcciones algo confundido. 

- Creo que no te entiendo. ¿Diferente cómo? - se ponen más cómodos y de frente en el sofá para hablar mejor.    

- Diferente... Como si todo hubiera estado bien y normal hasta el momento, pero luego sientes como si algo te faltara. Estabas completo pero de repente te falta una pieza. ¿Entiendes? - mueve las manos nervioso mientras explica de forma que se le entienda lo mejor posible. 

Quiero decirte algo {KiriBaku} (One-shot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora