𝑮𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒖𝒓 | 𝑩𝒂𝒋𝒊 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆

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3 de agosto, 2005.

En algún lugar de Japón. En el estacionamiento del santuario Musashi, Shibuya.

La multitud era tanta, la pelea estaba comenzando, después de mucho tiempo las cinco divisiones de la Tokyo Manji se reunía y la razón; Peyan había decidido trabajar con Moebius por lo sucedido con Pah y así poder atacar a Draken.

La lluvia lo hacía cada vez más difícil pero en los adentros de esos adolescentes, se sentía tan bien pelear bajo la lluvia. Incluso ya había varios cuerpos tirados y algo exhaustos.

—¡Maldición!— Un desgarrador grito se escuchó apesar de la densa lluvia. Akari quién estaba demasiado cerca se percató y soltó al tipo que momentos antes golpeaba.

—¿Hanagaki?— Dijo, pues apesar de nunca hablar con el rubio, supo su apellido gracias a Hinata, su novia.—¿Qué hace aquí? ¿No debería estar con Hina?

Un azabache un poco cansado se acercó a ella pues estaba apunto de ser golpeada.—No deberías distraerte.— Al escuchar la voz de Baji volvió su vista a sus contrincantes.

Comenzó por golpear y acercarse hasta Emma, Moebius era una pandilla asquerosa que en cualquier momento podría haber hecho algo y debía protegerla o sacarla de ahí pero conociendo a Emma no se alejaría.

—¡Emma! ¿Estás bien? ¿No te hicieron daño?— Preguntó Akari agitada.—

La rubia tenía temor, pero por Draken. Pues este había vuelto a la batalla aún con un golpe fuerte en la cabeza.— ¿Emma?— volvió a preguntar está vez más preocupada.

—Estoy bien, pero Draken.— su voz comenzaba a temblar.—  No lo veo desde hace un tiempo.— Akari se percató de ello y al igual que Emma comenzó a buscarlo con la mirada, pero no lo veían por ningún lado.—

—¡Draken! ¡Draken! ¡Draken!— Un grito alarmante hizo que todos pararán. Era Takemichi gritando con tal desesperación. Tanto Emma cómo Akari quedaron pasmadas y lo que menos desearon había sucedido, al final Draken había sido herido de gravedad y la sangre corría con velocidad exparciendose en el pavimento.

No hubo ninguna palabra más, Akari corrió hasta allá, odiaba esto de tener una pandilla, sus amigos podrían ser heridos. Incluso Mikey y los demás miembros corrieron hacía el, pero Moebius se acercaban a ellos, como si quisieran evitar que vayan hasta el.

—¡Maldición! ¡Muevanse!.—Gritó ella golpeando con desesperación al ver que más tipos le cerraban el camino, comenzaba a desesperarse hasta que vió como Takemichi cargaba a Draken con mucha dificultad pero con determinación.— Hanagaki....

Hasta que se perdió en la multitud.

La lluvia no cesaba, suspiros y crujidos al igual que quejidos se escuchaba. Respiraciones lentas y jóvenes tirados en el suelo. Todos habían quedado exhaustos pero tan preocupados a la vez, pero sabían controlarlo.

—Agh, estoy exhausto.— habló Mitsuya para después desvanecerse en el suelo.—

—Si que fué cansado.— Habló Akari, sentandose a lado de Mitsuya.—

Muto, el capitán de la quinta división y Smiley de la cuarta división se acercaron. A comparación de los demás, ellos si que se veían peor.—¡Ahhh! ¡Estoy acabado!.— Se quejó el de cabellos duraznos mientras era sostenido por Muto.

—Parece que se rompió un pie.—rió el grandulon y Akari solo sonrió limpiándose sus nudillos pues éstos tenían sangre y pequeños raspones.—

Mientras tanto Mitsuya se dirigió hacía Baji.— Oh, ¿has visto a Mikey?

—Por allá.— respondió sin más, el azabache tenía un rostro diferente. Ahora estaba demasiado serio.