Día 1 "Voz"

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N/A: Hola de nuevo. Estoy en un nuevo reto en una pagina llamada "Es de fanfic" ahora con la tematica de omegaverse, quise hacer algo que muy pocas veces he sido capaz de leer, espero les agrade y se llevan un lindo momento.

Sostenía en mis manos el peso de una nación, no pensé que lo mínimo de mi esfuerzo acabaría con la vida de miles de almas dependientes a mis decisiones, mi voz hacia y mis exigencias eran cumplidas, suprimía mi libertad inconscientemente reconfortándome en esta mentira que sucumbía sin exigir, solo depositaba mi fe en la ignorancia, en mi mente se repetía que mi debilidad aún estaba ahí, más mi ignorancia era mayor, al igual que los engaños que quería, todo se volvió una catástrofe, mi mundo cambio con ese poder, creía que podía descansar de esa idea equivocada cuando como rey demonio mi fuerza fuera capaz de suprimirlo, pero lo bestial en ese mundo no éramos solo nosotros.

Los síntomas tenuemente comenzaron después del Harvest Festival, mi naturaleza débil solo se hizo presente, pero los dioses no contaban con mi tenacidad, nuevamente mi fuerza provendría de mi debilidad, retomaría los desechos de ese codicioso mundo y no nos rendiríamos ante la infame situación.

"La federación de "Tempest" no sucumbirá ante amenazas, mi pueblo seguirá con su liderazgo como siempre, una historia no es suficiente para retenernos ni a mi o a los que me sigan, a los que invocan como defectuosos aquí serán ciudadanos y mi voz será escuchada, como slime, como Rey demonio, como el líder de esta comunidad y como el ultimo sigma"

Termino mi carta la cual se dirigió a los demás pueblos, era verdad, mi nacimiento repentino fue una equivocación de este mundo, no debí volver a la vida, pero estaba aquí, era un espécimen perdido, manchaba la reputación de los humanos al adoptar su forma, mi vida y los míos éramos el insulto del bosque, la gracia de la naturaleza o las equivocaciones de Dios, pero quería conocer quien seria capaz de detenerlo, seria imposible y no habría condiciones ni debilidad.

Las mañanas eran difíciles, suprimía mis instintos con fuerza bruta, pero esa debilidad momentánea provocaba confusión en mi mente, en mi anterior mundo viví como un beta insignificante entre la multitud, ahora era el protagonista, el enigma del mundo y la creciente fortaleza de la mayoría del bosque, pero aun así esas responsabilidades quedaban de lado, no entendía que hacer, solo pedía mantenerme alejado mientras que estabilizaba mis pensamientos, pero por alguna razón le resultaba imposible, mi temperatura estaba alta, quería volver a la forma de slime para dejar de sentir, pero no podía, simplemente permanecí inmóvil con la razón divagante.

Entre sueños Raphael ignoraba mis lamentos y abría en mi la imagen de Benimaru, sus ordenes resonaban en sus pensamientos, dirigía al ejercito con facilidad, sin dudar, alto y fuerte, sin travas o bromas, lo envidiaba.

Su voz era mas presente, elevaba aun mas el color de sus mejillas cuando recordaba como lo llamaba, lo idolatraba por lo que sentía más vergüenza al retener esos recuerdos, aunque no era igual – Beni... maru – Repetía silencioso una y otra vez mientras estrujaba su pecho, sostenía su respiración a duras penas rítmica, era difícil pero sus sentidos permanecían dormidos.

Fuera de su pequeño lugar la gente pasaba constantemente, sonreían al echar una mirada a su casa la cual no necesitaba mantener ya que por gusto cualquiera entraba y salía para darle mantenimiento, aunque nunca lo hacían por las mañanas, eso lo desesperaba aún más, ya había dejado de esforzarse y se llevaba su mente con las brisas que dejaban por la habitación, seguía aquella voz que lo envolvía, cada vez mas fuerte tanto que no pudo diferenciarla de la real – Rimuru - sama, no fue al comedor por su desayuno, pensé que estaría descansando pero aún está en cama – Tranquilo dejaba una charola de comida, le parecía gracioso aquella cama que reposando en el suelo cubría completamente su cuerpo, la encontraba muy pequeña pero no preguntaría, no sentía la oportunidad sabía que tenía que irse pero los instintos de su cuerpo le dijeron que permaneciera, se sentía tranquilo cerca de Rimuru, pero ahora el entorno se sentía espero, como un nudo en la garganta que se quiere ignorar, pero no podía.

Se acerco a la cama, recordó cuando la ultima vez que entro le pidieron que se quitara su calzado, con vergüenza siguió las reglas, preocupado y asustado, pero todo se volvió un caos con un sonido -Mgh – Un quejido que quisieron callar, una voz suave que si no fuera por la tranquilidad del entorno se perdería entre la multitud, pero solo provoco lo contrario, resonó insufrible por sus oídos y permaneció en su mente con la fuerza necesaria para ser dolorosa, no quería exagerarlo, pero podía sentir su pesar.

Ignoro las reglas que se le habia enseñado, quizá lo regañaría mas tarde y deseaba que fuera una exageración que el cansancio de su cuerpo haya inventado, pero no esperaría un segundo más, se acercó a ese pequeño cuerpo que mantenía sus ojos entrecerrados, el calor los envolvía y los alaridos tenuemente era mas alto, habia un olor tan dulce que parecía repugnante, pero no podía evitarlo, quizá era el miedo o lo inesperado, pero sintió ver su peor pesadilla.

Un cuerpo débil y pequeño, con una respiración incesante que temblaba ante sus brazos, sus ojos sutilmente abiertos dejaban ver aquellos cristales que retenían las lagrimas a corto, pero que poco a poco comenzaron a descender cuando sus ojos se cruzaron, no habia racionalidad, su corazón acelerado y asustado solo fueron capaces de acercarlo a su cuerpo, compartía el calor que las telas le brindaban y abría las ventanas para que todo ese calor desvaneciera su presencia, sabía que estaba mal, pero no se habia detenido a observarlo atentamente, estaba listo para emprender el camino, pero una mano acaricio su mejilla, esta caliente solo alejo la desesperación, mantuvo su atención y la fuerza de sus piernas sucumbió, logro calmarlo en cuestión de segundos, todo con una sonrisa.

Rimuru mantenía su mano en las mejillas mientras que Benimaru confundido solo quería salir y buscar ayuda, pero su líder era capaz de regresarle la calma – Te llevare a con el doctor, espera un poco – Dijo antes de querer emprender nuevamente su viaje, pero no fue capaz, lo sostenían con fuerza reteniéndolo en el suelo -- ¿Rimuru-sama?

Solo sonrió nuevamente al tenerlo cerca, pero no sentía que fuera suficiente – Háblame más – Dijo entrecerrando sus ojos y acercándose a su cuerpo – Esto es lo que quiero, sentirte con todos mis sentidos – Se calmaba mientras que parecía esconderse entre su pecho, Benimaru confundido regresaba a mantenerlo en cama mientras que el se acercaba a su cuerpo, era consciente de que el no era común, habia escuchado en leyendas la dolorosa vida de un sigma, pero el parecía hacer todo tan fácil que era capaz de ignorarlo, pero no imagino que este fuera la verdad de sus instintos, no tuvo más opción.

Se acerco a su cuerpo mientras que tenuemente acariciaba su cabello, se habia vuelto mas largo, pero aun así era sedoso, ni la tela que conseguían de las arañas era igual, recitaba un cuento, una etiopia donde un rey benevolente era amado por todos, Rimuro no era consciente que era su historia, solo era capaz de sentir pena por el rey, amado por todos pero no comprendía como nunca estando alejado podía sentirse solo, pero aun así retenía aquella voz, las ondas del sonido deberían borrarse de su memoria a corto plazo, pero se acumulaban una tras otra alejando aquella tristeza de su existencia, quería mantenerse así, cálido entre las sabanas mientras que los brazos ajenos lo mantenían oscilante entre la realidad y su sueño, no sabia quien era el que entre sus brazos le otorgaba esa sensación, solo silenciaba el caos de su mente mientras que su cuerpo descansaba, esa mañana estaría inactivo, solo para el mientras que una voz relajaba sus sentidos en una tenue serie de sonidos, sonrió de nuevo antes de caer rendido, se sentía seguro pero frágil a la vez y aun así descansaba sin la intención de alejarse. 

Bolsillos mas vacíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora