Recomendación marginal:
Haber escuchado la canción puede ayudar a sumergirse un poco más en la lectura posterior. La canción es bellísima; la voz y el sentimiento de Amy Winehouse, transparentes.
—————If my man was fighting... some unholy war, I would be behind him.
Advenedizo a las inconsistencias de un par de frutos en mente, y a pesar de todo, Wang Yibo seguiría luchando por su hombre.
"Es que yo no sé. Si hay algo detrás. Si realmente soy yo. ¿Cómo consigo salir de mi propia encrucijada?". Y un par de relatos que no alertan a nadie, mientras la noche continúa ennegrecida por los secretos que prefiere salvaguardar.
Recientemente, y tan violento como el corte de un sable, Wang Yibo ha contenido a alguien más: un hombre que se podría encontrar en cualquier lugar; naturalmente, un hombre que no notó desde el principio. Nadie lo notaría, tal vez porque nadie lo ha buscado. Mientras Wang Yibo conseguía desencantarse y encantarse nuevamente, él lo sabía bien: que no había vuelta a atrás, porque Wang Yibo nunca había buscado tampoco, y pensaba que no había estado preparado.
"Yo nunca he buscado por un hombre. Nunca he buscado por nadie ajeno que necesite ver más de una vez al año". Era la primera cuestión que trataba de descentralizar. Simplemente, era allegado a sus fibras más delicadas. El pasado transcurrido, los lutos improvisados y los dolores de estómago, incluso la picazón y los mordiscos de los perros; todo tenía cabida en el cofre de Wang Yibo. Sin tener que reivindicarse frente a nadie más, sin necesidad de conocer todo lo que un ser humano puede sentir en todas sus escalas; realmente, los días que empezaran al salir el sol y terminaran con la luz de la luna en lo más alto, no parecía caer en lo añejo con el pasar de los años.
No recaería en lo malicioso de un sueño soberbio basado en los propios parámetros y desventajas de quienes siempre quisieron lo mejor para él, pero conocieron muy poco de lo que Wang Yibo pensaba que era lo mejor. El hombre de empresas y de baratijas sorteadas recorría el palacio bajo la lluvia de ácido. Simplemente retrocedía por necesidad y así avanzaba por naturaleza, dando vueltas sobre un poco de alegría en los suburbios y asentando las bases de su campamento en solo sobrevivir. Él así sentía el viento: un aire que podía arrasar con todo; entonces, no encontraba valor en ser concupiscente.
Wang Yibo comenzó a secar las lágrimas desbaratadas, embalsamadas en un lejano pero tibio caudal de incomprensión, entre tanto, tan apasionado y romántico como la vez en que también se precipitó después de conocer al tipo por primera vez: sin conocer un porqué que explique la picazón por la sonrisa del hombre.
Y a su lado, seguramente Wang Yibo correspondería a evitar cualquier daño colateral. Incluso los golpes y las palabras se removerían por el viento. Sin moretones, sin cicatrices; lo único que parecía enterrarse y hacer mella en su piel fueron los besos que había compartido con el hombre. Los cuerpos habían hablado en su propio lenguaje, prometiendo servir al otro en la batalla, en las fiestas, o en el campo de concentración.
Removiendo cualquier otra bala del pecho, la herida parecía cerrar al instante, y solo el sudor recorría la piel de hombre. Las gotas de lluvia eran tal y como los deseos a sus ojos: reducidos tras una simple vista y vastos al dejarlas caer; aterciopeladas en su camino y, para Wang Yibo, seguramente recordarían con esmero la tarde de caricias en las cordilleras cuando reveló que se atrevería a amar un poco más. No exento de banalidades en el cuero cabelludo, él marcharía un poco más que todo el batallón.
Él se levantaría con el calor de un recuerdo impoluto y una miríada de sopores juveniles en el aroma de laureles, constipado por un frío que de vez en cuando azotaba sus huesos; era como si solo el ambiente que había sido compartido tuviera la virtud de disfrutar del sol a punto de ocultarse. ¿Por qué sabía que había calor en los alrededores, pero sus manos se habían helado al salir de la cama? Wang Yibo se dio cuenta, que a partir del canto en la montaña, solo lo que había compartido con el hombre permanecería tibio en el cariz de las insinuaciones del sol, tan atractivo y con el calor de un vehemente contrito.
ESTÁS LEYENDO
Some unholy war [Yizhan]
FanfictionFanfic inspirado en "Some unholy war" by Amy Winehouse. DISCLAIMER: Relación amorosa y ficticia entre los artistas Wang Yibo y Xiao Zhan, solo manejo sus identidades en torno a mi ficción.