TAN DIFÍCIL ENCONTRARTE

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Por PANDORA

CAPÍTULO 1


Don Hermes Pinzón, va camino de su casa, después de haber ido a Ecomoda a hablar con Don Roberto Mendoza para dar la cara por su hija.

El pobre hombre está bastante confundido con lo que ha pasado, cuando Don Armando llegó esa mañana gritando como un poseso, que Betty y Nicolás querían robarle la empresa, creyó que le iba a dar un infarto.

Ahora que el señor Mendoza, le había explicado todo lo ocurrido, lo único que tenía en mente era hablar con la niña y obligarla a que se regresara a Bogotá, aunque tuviera que traerla de las orejas.

Al entrar, es recibido por Doña Julia, que temerosa de lo que le puedan haber contado de su Betty, no sabe como enfrentarlo.

Doña Julia: ¿Qué pasó Hermes? ¿Qué le dijeron allí?

Don Hermes: ¡Qué vergüenza, Julia, que vergüenza! Yo que he educado a mi hija en los más altos principios de la moral y la decencia y la niña me sale con mañas y triquiñuelas. Ahora mismo la llamo a Cartagena y me va a oír, bueno que si me va a oír.

Doña Julia: Hermes, no sea muy duro con la niña, ella también ha sufrido mucho, mucho, si usted supiera...

Don Hermes: ¿Qué es lo que tengo yo que saber? ¿Qué me están ocultando? ¿Eh?

Doña Julia: Nada mijo, nada... ande llámela, cuanto antes se solucione esto, mejor.

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Betty se encuentra en su habitación del hotel, está terminando de hacer la maleta, la noche anterior terminó el Reinado y esa misma tarde se iba a Miami con Doña Catalina.

Sin poderlo evitar, recuerda todo lo que ha pasado esa mañana, la llamada de Nicolás contándole la desagradable visita de Don Armando a su casa, su visita a las Islas del Rosario, después que Doña Catalina la encontrara furiosa, para perdonarlo y lo bien que le había venido esa terapia.

Se encontraba más tranquila, esperaba que Nicolás hubiera podido arreglar todo lo referente a Ecomoda, y ella no tuviese que volver a Bogotá como se temía.

En esas estaba, cuando sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre del teléfono, que la sobresaltó.

Pensó que era Doña Catalina, para quedar con ella, pero no, era su papá y bastante enfadado por cierto.

Betty: ¿Alló? ¿Quién es?

Don Hermes: Betty, ¿se puede saber cuando es que se regresa a Bogotá? En Ecomoda la están necesitando, y usted tiene que venir a ponerle la cara a esos señores. Hoy he estado hablando con Don Roberto y me lo ha explicado todo y yo le he prometido a ese señor, que usted estaría de vuelta a más tardar mañana. Mija ¿me escucha? ¿Por que no me dice nada?

Betty: Claro que sí papá, lo escucho, y no le digo nada porque usted no me ha dejado hablar...

Don Hermes: Bueno ¿y qué me contesta? ¿Para cuando regresa? ¿A que hora voy a buscarla al aeropuerto?

Betty: Papá... todavía no voy a regresar.

Don Hermes: ¡PERO COMO ASÍ QUE NO VA REGRESAR! ¡USTED SE VOLVIÓ LOCA! ¿QUÉ VAN A PENSAR ESOS SEÑORES? No mija, usted tiene que volver, si no, todos van a creer que usted se quiere quedar con algo que no le pertenece.

Betty: Yo no me voy a quedar con nada que no sea mío, no quiero nada de esa gente, nada ...

Don Hermes: Mire Betty, no agote mi paciencia, usted se vuelve mañana, da la cara y luego nos olvidamos de lo que pasó...

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