Comienzo del todo.
Shena, el Dios definitivo, despertó de su letargo tras el accidente. Con esperanza y algo de ira creó varios cristales azules irregulares, llamados los Cristales Primigenios, y los mandó a varios años luz de distancia, esos cristales estallaron en pequeñas partículas azules y tras aglomerarse crearon el Universo, el Todo.
Shena creó varias realidades independientes, cada una con sus reglas. Tras varios milenios, cuando las poblaciones de aquellas realidades empezaron a evolucionar intentaron ascender como Dioses al Universo, a Shena no le gustaba eso y cada vez que ocurría las destruía, aunque algo había en el destino que hacía que todas las civilizaciones de todas las realidades quisieran ascender como Dioses.
