Se despertaron con hambre. Habían dormido solamente una hora.
Se vistieron y fueron hacia afuera donde estaba todo armado para cenar.
Mientras comían charlaban de filosofía, política, de libros, de películas.
-Ame, vos qué pensás ¿habrá vida después de la muerte?
Le gustaba que sus charlas fueran más allá de lo mundano. Que potenciara su imaginación y su creatividad.
-Creo que venimos al mundo a cumplir un objetivo, que nunca se sabe cuál es realmente. Pero que con cada cosa que hacemos lo vamos logrando y nos vamos acercando a la recta final. A veces quizás nuestra meta sea cambiarle la vida a una persona, escribir una obra literaria, componer un hit, defender a las personas que lo necesitan o hablar y aconsejar a los demás. No lo sabemos realmente, pero todos venimos con un propósito. Y creo que vamos acumulando experiencias. En esta vida aprendemos esto. En la siguiente otra que nos haga superarnos y así vamos hasta alcanzar algún nivel, que no se bien cuál es, y simplemente dejamos de existir.
-Uh... yo iba a responder que no. Pero esa teoría me voló el bocho mal. Que locura como podes imaginar tanto.
Siguieron comiendo hasta no dar más. La opción de pizzas con cerveza le había parecido acertada. Aunque con el hambre que ambos tenían, cualquier cosa hubiese podido estar bien.
Se fijó la hora y ya era muy tarde. Tenía que volver a su casa.
-Esperá, antes que juntemos todo, me gustaría sacarnos una foto para recordarnos así. La luna parece muy cerca desde acá. Banca que busco la cámara.
Lo vio perderse en la oscuridad y volver con el trípode y la cámara.
-No pensé que también eras un aficionado a la fotografía.
-Me la compré hace poco. Me divierte mucho. Bueno a ver... quédate justo ahí que pongo el temporizador. Ahí va...
Corrió hacia donde estaba ella y la rodeó con sus brazos. El flash anunció que la imagen había sido tomada con éxito.
La foto era preciosa. Estaban mirándose y la luna detrás parecía iluminarlos por completo.
-La voy a poner por todos lados para que todos vean quién es mi novia
Le divirtió la idea de que la llame como "su novia". Era la primera relación que tenía y todo le parecía nuevo.
-Mañana se la voy a mostrar a mis viejos y a Lala en el almuerzo
-¿Almuerzo?
-Ah sí... mañana me gustaría que almorcemos en casa. Así toda la familia te conoce.
-¿No es muy rápido todo?
-¿Hay tiempo que perder?- replicó mirándola con cara de divertido.
El trayecto a casa lo hicieron cantando a gritos la primera canción que sonaba en el equipo. Pasando por algunas de Spinetta, otras en inglés –que a Pedro se le daba muy bien- hasta Shakira. Para ser un chico estructurado, tenía un gusto musical muy variado.
Se despidieron con un abrazo fuerte y un beso apasionado.
-Bajate porque si no te llevo a casa y no te devuelvo más.
Aunque la idea le gustaba, todo le parecía muy pronto.
Bajó y se metió en la casa. Subió las escaleras con las sandalias en la mano y entró a su habitación. Se sacó la ropa y se puso el pijama. Se sentía diferente. Fue hasta el espejo y se miró. Se veía diferente. Como si algo se hubiera encendido en ella.
ESTÁS LEYENDO
Cerca de la Luna
RomanceAmelia D'amico es una joven aficionada al cine que intenta sanar la herida que ocasionó la ausencia de sus padres. Por las causalidades de la vida conocerá a Pedro Martinelli, quien esconde un oscuro secreto que involucra a la familia de la joven. ¿...