Habían pasado 12 años desde que había dejado San José.
Sólo había vuelto para el velorio de su abuelo primero y su abuela después. Pero sentía que esta vez era diferente.
Le había llegado una propuesta para dar un taller de cine en el centro cultural hacia un par de semanas y algo en su interior le había dicho que aceptara. Después de tantos años en Estados Unidos, necesitaba un poco de su Argentina querida y de su lugar.
Se había quedado con la imagen de un pueblo muy chico y tranquilo. Ahora volvía a un lugar principalmente turístico donde muchas personas iban a vacacionar y otras tantas lo estaban eligiendo para vivir.
Frenó frente a la casa que había vivido 18 años de su vida. El color había cambiado, las flores eran diferentes y sus abuelos ya no estaban para habitarla. No quedaba nada de aquella Amelí niña y adolescente que correteaba de aquí para allá. Hoy ya era una mujer de 30 años que había escrito varios guiones para películas y novelas y trabajaba como directora y productora en una empresa de audiovisual.
Siguió manejando y se encontró con la plaza principal donde tantos ratos había compartido con Hele y Lucho. Sus amigos del alma. Hele había sido mamá de su segunda hija y Lucho era feliz con su novia, pronto esposa. Los tres estaban realizados y eran todos unos adultos con las responsabilidades que veían tan lejanas al principio.
En la plaza había una feria llena de puestitos. Decidió bajar a ver si encontraba algún cuadro o alguna planta para su nuevo departamento. De a poco iba a tener que acostumbrarse a estar otra vez en este lugar.
Comenzó a recorrer todos los puestitos pero no tuvo suerte. Nada lograba llamar su atención.
Siguió caminando, pero no recordaba ningún local que estaba viendo. Hasta que reconoció la antigua retacería de su abuela donde tanto tiempo había pasado. Ahora parecía un lugar de diseño o algo parecido. Entró porque le llamó la atención la luna pintada en el nombre de la tienda y para preguntar quiénes eran los nuevos dueños.
El lugar se veía muy bien. Se encontraba pintado de color rosa viejo y había maniquíes por todos lados con vestidos de novia, otros de fiesta, y algunos pocos con trajes.
Escuchó unas voces y se dio vuelta para ver de donde provenían.
Ahí estaba él. De repente tuvo un deja vú. Como si ese momento ya hubiera pasado hace tiempo. Salió rápidamente de la tienda.
No pensó que lo iba a encontrar allí de nuevo. Que él podía estar viviendo ahí. Jamás se imaginó que podían encontrarse nuevamente.
Sintió que alguien le agarraba el brazo.
-Amelí...
Era su voz. Sonaba un poco más grave de lo que la recordaba.
Se dio vuelta y encontró esos ojos verdes que tanto la habían enamorado.
La abrazó fuerte.
-Cuanto tiempo sin verte -dijo sin separarla de su cuerpo.
Se soltaron y se quedaron mirando fijamente por un segundo hasta que escuchó una vocecita dulce que la sacaba de su trance.
Detrás de él, apareció una nena con cabello castaño y dos bochones verdes que la miraban sorprendida.
-Papi ¿quién es esta señora? -preguntó la voz.
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Cerca de la Luna
RomanceAmelia D'amico es una joven aficionada al cine que intenta sanar la herida que ocasionó la ausencia de sus padres. Por las causalidades de la vida conocerá a Pedro Martinelli, quien esconde un oscuro secreto que involucra a la familia de la joven. ¿...