Deslizándome por trineos en la nieve
Nacimos para conocernos una vez más.
Olvidamos nuestro origen.
Enterramos las palabras atrás.
Dibujo angeles con harina blanca
caminando por senderos de cristal
aprendemos a convertirnos en el confidente del otro.
Moldear castillos en medio de la oscuridad.
¿Cuando veremos
a las estrellas brillar?
Miramos muestras manos
desencajar en el mundo
cayendo por un pozo de recuerdos infinitos
Y nos damos cuenta
que las noches se vuelven días.
Días estrellados.
Deslizándome por trineos en la nieve
¿En qué nos convertimos
cuando juzgamos el pasado?
Que la vida sea solo de dos.
Que la estatua que alguna vez fuimos
Se derrita con lo que nunca volveremos a ser.
Escribe versos en mi alma.
Pinta óleos en mi cuerpo.
Y pide un deseo sobre mis labios.
Deslizándome por trineos en la nieve.
***
Le gusta la sensación de calentar sus pies frente a la hoguera de la chimenea. Es sosegante, las llamas acarician su piel y Raven mueve los dedos como si le hicieran cosquillas. El sofá acoje su cuerpo con sus interiores rellenos de algodón, es tan suave que deja consumirse por su levedad en parsimonia, igual que sumergirse en aguas templadas. No quiere moverse, afuera solo hay glaseado grumoso que acaba de ser sacado de un congelador, y una gran nube plomiza pinta el cielo sin ánimos.
Raven se siente protejida bajo un techo que detiene las tormentas de nieve.
Inclina el cuello al momento en el que localiza a Titus mordiendo un hueso de plástico, cerca de la entrada que da paso a la cocina; cuernos de reno hinchados de peluche adornan la cabeza del can, que no deja de ladear sus orejas como si la diadema le pícara.
Raven observa cuando Titus se rasca detrás del oído con la pata; ella hace una mueca antes de golpear sus muslos y llamar la atención del perro, este se emociona; mueve la cola mientras se aproxima a ella pensando que recibirá un premio, pero Raven solo peina con los dedos su pelaje y no recibe bocadillos, sin embargo, gruñe de satisfacción ante la caricia y le recuerda a alguien; retira sus cuernos artificiales y el perro ladra, a gusto. En los comerciales lo sintió tierno y agradable, tal vez las mascotas no lo ven así.
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Just A Une More Day
FanfictionRaven desconoce el significado de la Navidad, no entiende el rumbo de aquella desesperante festividad, pero no le molestaría pasar cada año a lado de Damian, intentando hornear galletas en forma de murciélagos.