Un Fantasma

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Y por fin atraparon al fantasma. Tan pequeño era el fantasma dentro del frasco transparente, que pasaba inadvertido.

⸻¡No abras el frasco, que se escapa! 

Los atónitos ojos de los hermanos miraban atentamente el interior de ese frasco, que por lo demás, hubiera parecido un frasco común y corriente de mayonesa para cualquier otra persona.

⸻¡Al fin! Ahora nadie dudará de mí. ¡Cuántas veces dijeron que estaba loco! ¡Cuántas!

Arturo, uno de los dos hermanos, sujetaba con gran fuerza el frasco que contenía a la imperceptible criatura. Su hermano, Carlos, se limpiaba el sudor como el que sabe que oculta una patraña.

⸻Míralo, bueno, no se ve porque es un fantasma, pero ahí está. Este bribón, ya me tenía fastidiado. 

Un par de años atrás, el fantasma se había convertido en una molestia. Cada noche, Arturo escuchaba los pasos de aquel espectro. “¿Lo escuchas?” preguntaba atormentado a Carlos.

⸻Fuiste el único que me creyó. Ahora ves que no estoy loco. Todos estos años colocando trampas en toda la casa. ¡Al fin lo tenemos!

Carlos, que hasta el momento se mantenía en silencio, analizaba con detenimiento aquel frasco, que por lo demás, hubiera parecido un frasco común y corriente para cualquier otra persona.

⸻Sujeta el frasco, con mucho cuidado. Trataré de tomarle una foto. Aunque sé que no tendrá mucha sentido; el mundo está lleno de gente vulgar que aún se dejan guiar por sus sentidos. Lo mejor será hacer una bitácora y luego la foto.

Arturo tomó una libreta y comenzó a escribir: “Es invisible, abstracto, incorpóreo”.

Mientras Arturo escribía las características del fantasma, Carlos levantó el frasco para mirarlo a contraluz. Lo miraba con cautela, como quien rememora recuerdos que jamás fueron, pero que por alguna fantástica razón, ahí están.

⸻¡Digan “Wiski”! ⸻dijo Arturo, mientras sorprendía a su hermano y al fantasma con el flash de la cámara.

Carlos, que aún miraba suspicazmente el frasco, cerró los ojos ante la impresión del flash y, con disimulado movimiento, dejó caer el frasco de mayonesa. 

⸻¡Estás loco, el fantasma se va a escapar! ⸻gritó Arturo.

EArturo cayo al piso con desesperación y comenzó a palpar los pedacitos de vidrio regados por todo el suelo, teniendo la esperanza de volver a atrapar al invisible fantasma. 

⸻¡Se ha ido. Ha escapado! ⸻dijo el Arturo con los ojos llenos de lágrimas y las manos llenas de sangre por los pedacitos de vidrio. ⸻¡Todos seguirán pensando que estoy loco!
Carlos, que hasta el momento se mantuvo en silencio, se rascó la cabeza con total vergüenza. De pronto, lleno de culpa, tuvo una maravillosa idea y dijo:

⸻¡Espera! ¡La foto! Tomaste la fotografía antes de que el frasco se me cayera. ¿Lo entiendes? Ahí tienes la evidencia de que no estás loco. Pero claro, no puedes enseñársela a nadie porque para cualquiera sólo será un frasco común y corriente, mira que el fantasma es invisible. Te tacharán de reloco. Será mejor mantenerlo en secreto.

Una sonrisa se dibujó en Arturo, la idea era fantástica e impecable, así que se limpió la sangre y las lágrimas. Tomó la cámara en donde se alojaba aquella foto, la foto del testimonio. Con ojos llanos y rasos miró la fotografía. Un pequeño gesto, que no alcancé a interpretar, se esbozó en su rostro.  



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⏰ Última actualización: Dec 03, 2021 ⏰

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