Que perro de mierda, ¿no?
Estabas teniendo tremenda noche vos, saliste con los pibes después de una semana re estresante.No te ibas a poner en pedo, pero era una cervecita nomás, y cuando te diste cuenta ya habías gastado como dos mil pesos en tragos.
Te ibas a pedir un taxi para volver, y recién ahí te acordaste, estas a fin de mes y tenés los billetes contados.
Así que esperaste media horita a que se te baje un poco el pedo para volverte en tu propio auto, si total vivís tomando, ¿qué te va a hacer un poco de alcohol en sangre?
Manejando a casa a las 5.30 a.m., te cruzaste con el perro de 40 kilos que se le escapa al vecino todas las mañanas cuando saca el auto antes de irse al laburo.
Todos los días te lo encontras al tipo, pero justo venías medio tomadito y bueno, se te olvidó.
Frenaste casi a tiempo.
El cráneo del perro va de lleno contra el capó del auto, rebota y su cuerpo se desplaza casi dos metros raspando todo su costado contra la calle.
Que perro de mierda, ¿no?
Estas prácticamente sin guita y encima viene este perro gigante a abollarte el auto. Carísimo el arreglo.
Salis del coche para ver el daño de tu precioso autito y de paso ves al perro tirado en el medio de la calle, le brota sangre de la cabeza, que por cierto, esta medio abierta y se le ve el cerebro, tremendo asco.
Luego miras como la pintura del auto está arruinada y te llenas de bronca.
Que perro de mierda, loco. Le metes una patada en las costilla, porque no te parece suficiente con haberlo atropellado sino que necesita otro castigo.
En eso le quebraste una costilla y al perro se le escapa un grito de dolor.
Entonces, justo ahí, después de haberte puesto en pedo en un boliche re lejos de tu casa hasta las 5 de la mañana, te acordas, entras a laburar a las 8 a.m. y no podés llevar al perro al veterinario a ver si le salvan algo y encima te cobran diez mil mangos en una cirugía.
Es solo un perro de mierda que te arruino el auto, así que te subis de nuevo y te vas a la mierda.
Llegas a tu casa, te acostas a dormir y al día siguiente haces tu vida como si nada.
¿Y el perro de mierda? Ahí está, tirado en el medio de la calle como una bolsa de papas, sus ojos están a punto de cerrarse cuando su dueño sale de la casa, justo se había olvidado la billetera en la cajonera de la pieza, así que dejó el portón abierto mientras la buscaba.
Ni en pedo se imaginaba ver lo que sucedió en ese pequeño descuido de medio minuto.
En el suelo yace temblando su perrito, llamado Dino, por lo enorme, que a pesar del tamaño se comportaba como un cachorro.
Tiene medio cerebro a la vista y una fractura costal expuesta.
Corre hasta él y se mancha las rodillas de sangre al agacharse junto al mejor amigo que ha tenido desde hace 8 años, lo escucha suspirar muy pesado y luego nada.
El corazón deja de latir, la hemorragia va cesando de a poco conforme se acaba la circulación sanguínea. Y en ese último suspiro se le fue toda la vida.
Pero vos tranqui, ya te quedaste dormido apenas apoyaste la cabeza en la almohada, como sino hubiera pasado nada, era solo un perro.
¿Era solo un perro? Por supuesto que no.No era solo un perro, era un corazón fuerte y sano que bombeaba sangre a todo un cuerpo de 40 kilos lleno de vida.
Era una colita que chicoteaba las paredes al correr por el pasillo cuando el hijito de tu vecino lo llamaba asustado en medio de la noche después de una pesadilla.
Eran dos pares de patitas embarradas que ensuciaban el piso de la cocina después de haber jugado horas en el patio.Eran dos ojos hermosos que miraban fijo a la hermana mayor, que tenía 13 y estaba entrando en la adolescencia, la edad en la que tenés más inseguridades que nunca, pero que cuando la miraba con tanto amor, se sentía un poco más valiosa.
Era el valiente que correteó a un chorro por el patio un sábado a las 3 de la mañana cuando estaban los niños solos porque sus papás se habían permitido salir a cenar después de mucho tiempo.
Era el hociquito que se veía bajo la puerta del lado de la calle, esos gruñidos cuando se acercaba un desconocido y un lloriqueo cuando era algún familiar.
Dormía en la cama con el hijo más pequeño en invierno, tapados los dos bajo la frazadas para no pasar frío.
Y se tumbaba frente al ventilador en verano.Y bueno ahí está el perro, tirado en medio de la calle, cubierto de sangre con el cráneo abierto, cerebro a la vista y la costilla expuesta.
Tu vecino llorando ve la imagen más horrible que ha presenciado en su vida y piensa "¿por qué?"
Se siente culpable, como si hubiera sido él quien se puso en pedo y manejó borracho, para luego atropellar, patear y abandonar un perro en la calle e irse a dormir como si nada pensando que es solo un perro.
Sale la hija de tu vecino y lo ve. Si, ve al perrito que le había regalado su abuela hacía 8 años, para una navidad. Una abuela que ya había muerto pero les había dejado un perrito que levantara el ánimo de la pérdida.
Y bueno qué sabrás vos, era solo un perro. No significa nada, lo único que hiciste fue cometer un error, atropellaste a un perro totalmente sano que de un minuto al otro dejó de respirar y dejó de vivir.
Solo atropellaste a un perro, pero le amargaste la vida a toda una familia.
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Burbuja
Teen FictionUna burbuja de cuentos y narraciones sobre el dolor e inocencia ante la perdida y de la importancia del amor propio. . . . . . . . . . Portada: @iamrodrigog