Capítulo 5. Cancelación de planes.

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—¿¡Qué!? —Grita de manera exagerada

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—¿¡Qué!? —Grita de manera exagerada.

—Baja la voz —Le digo en conjunto de raros movimiento de las manos.

—¿Me estás diciendo eso en serio? —Me dice lo suficientemente seria para darme cuenta de que no le gusta mi idea.

Antes de que pueda responderle, pasa una chica que se ve menor que nosotras mirándonos raro por el grito que acaba de escuchar de Taylor, por un momento me preocupo de que haya escuchado algo más, pero me doy cuenta de que ella simplemente pasó por afuera del baño, así que sería demasiado raro que escuchara.

—Me estás bromeando... ¿verdad? —Dice ella otra vez.

—No, mira, sé que pensaras que estoy loca...

—Porque lo estás —Me interrumpe.

—Escucha, ayer no me hizo nada, estoy aquí intacta solo con el trauma —Digo con una risita nerviosa, porque es verdad—, pensaba ir al mismo parque, no le voy a decir que nos encontremos, solo si nos topamos le hablaré.

—Ok, te dejo ir solo con la condición de que vayamos ambas.

—¿Qué? Claro que no.

—¿Por qué no?

—Porque por lo menos si pasa algo, me pasaría a mí, la curiosidad mató al gato dicen por ahí, pero si te pasa algo a ti me sentiría muy culpable.

—Imaudane... —Alarga mi nombre.

—Taylor... —Alargo también su nombre.

—Ash, está bien. Solo porque me saliste empalagosa —Le sonrío y le doy un abrazo fuerte—, pero mi condición en esto es que estemos en una llamada todo el tiempo, desde que salgas de tu casa hasta que vuelvas a ella, aun cuando no me estés escuchando, lo guardas en tu bolsillo y ahí puedo escuchar las cosas.

—Está bien. Igual prepárate, voy a ir a las 2 a. m.

—¿Tan tarde?

—Da gracias que no iré a las 3 a. m. que esa fue la hora donde me lo encontré. Te voy a llamar a las 2 a. m. y estaré con una chaqueta con bolsillo al interior donde guardaré el celular.

—Ok. Que la fuerza te acompañe.

—Igual que a ti, porque no sé qué sería de mi si el asesino te hace algo por mi culpa.

—Tranquila que la mejor técnica a usar contra hombres es "Doblarles de manos, patada en sus cosas y llave en el cuello" eso nos mantendrá a salvo a ambas.

—¿Y cómo sabré cuándo dejar de hacer la llave sin matarlo?

—Si lo matas es lo de menos, un asesino menos y cualquier cosa fue defensa propia.

—Como sea, me tengo que ir porque hoy iré con mamá de compras.

—Aw, cómprenme algo a mí también.

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