Los ojos de mi princesa

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1 Noviembre 1981. Mansión Malfoy

-No- Dijo Lucius enojado  por cuarta vez consecutiva.

-Pero Lucius por favor...piensa bien las cosas.- Le pedía su esposa

-He dicho que no Narcissa- Estaba perdiendo la paciencia y es que ¿cómo no hacerlo?

En algún punto de la noche el pedazo de mortifago que era Snepe se había ablandado y decidido que no entregaría a la mocosa, esa, que cargaba en brazos y para colmo Narcissa le apoyaba, pero no, no solo era eso. El muy imbécil se le había ocurrido la puñetera idea que nosotros nos queramos con la huérfana.

-Dime una razón para no ayudar a Snape.- Narcissa quería quedarse con esa niña, no sabía bien porque. Tal vez porque siempre quiso tener muchos hijos o por que la veía tan indefensa y necesitada de una madre. No conocía de la razón pero ella la quería y Narcissa Malfoy siempre conseguía lo que quería...  

-¿Una razón? JA.- siseo sarcásticamente Lucius.- Te voy a dar más de una razón "cariño".

-Te escucho- Narcissa lucia impasible, lo que en realidad hacía en su mente era formular cada uno de los pasos para conseguir quedarse con la bebe.

-Para empezar cariño.  A ninguno de los dos se les ha ocurrido pensar que alguien de la orden si sepa de la existencia de la... bebe  y que pueden buscarla si no es que ya lo están haciendo.¿Cómo se supone que vamos a justificar que de repente tengas una recién nacida viviendo bajo nuestro techo?

-Diremos que es nuestra hija obviamente.

-¿NUESTRA HIJA? Pero tú te has vuelto loca yo no recogeré a esa huérfana para criarla como una Malfoy, cuando es una hija de una sangre sucia. Jamás lo toleraría, sería un ultraje a mi sangre a mi descendencia, una deshonra para mi familia y encima ¡es una mujer! Por Merlín Narcissa tu bien sabes que los Malfoy solo tienen un único hijo varón ya tenemos a Draco y el no compartirá todo lo que le pertenece,  con una asquerosa mestiza.

-Lo hará, yo me encargare de ello y tú también lo harás. Le darás  tu apellido, crecerá como toda un orgullosa Malfoy  será parte de esta familia y la protegeremos como nuestra hija. –Narcissa seguía hablando con su calmado tono de voz, si exaltarse, extrañamente eso producía más temor que si gritara

-¿Y como se supone que vas hacer para que yo realice semejante idiotez?- Pregunto tratando de soñar como su esposa  pero fallo totalmente. Se arrepintió de haber preguntado cuando, miro a los ojos a su esposa. Narcissa lo tenía y él lo sabía, su esposa tenía una carta que jugar y Lucius no tenía como enfrentarla, había perdido.

-Muy fácil cariño.-Le regreso el sarcasmo con una sonrisa.- Me lo debes...

-Narcissa esto es diferente, esto es una locura...

-¿Estás diciendo que el gran Lucius Malfoy no puede cumplir mi petición? Déjame recordarte algo querido- le dijo ella empezando a saborear su victoria.- Cuando nuestros padres nos prometieron yo tenía la oportunidad de declinar la propuesta si tu no podías ofrecerme lo que yo te pidiera. Me dijiste que podrías darme cualquier cosa, que tan solo lo pidiera y seria mío ¿no es así?- Lucius solo asintió con la cabeza.- Yo te respondí que lo tenía todo y no necesitaba ni quería nada más. Entonces tú me juraste que si yo me casaba contigo. Ese acuerdo seguiría y en el futuro  cuando yo necesitase algo o tan solo lo deseara, tú me complacerías sin objeciones.- hizo una pausa- no hicimos el juramento inquebrantable, por supuesto, pero yo creí en ti. ¿Me vas a decir ahora que la palabra de un Malfoy no tiene valor alguno? – Y esa fue la estocada final si no lo había convencido anteriormente, el poner en duda su palabra le regalaba la victoria total.

No hay luz, sin oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora