El Misterio Detrás De Él(COMPLETA✔️)

Capítulo 8

Capítulo 8
¿Una locura?

Alan Miller

—¿Todo bien?

—Sí, bueno... Me está resultando complicado el cuidar de ella. Es un poco insoportable y entrometida.

—No hables así de ella, ya sabes cual es tu obligación.

—No hace falta que lo repitas... —mascullo.

—Entonces no te quejes tanto, Alan.

—Está bien... ¿Algo más? Ya está en su casa sana y salva.

—Bien, ya puedes irte. Pero antes, quiero preguntarte una cosa.

—Dispara—Me siento en la mesa y le doy una calada a mi cigarro.

—¿Ella habla sobre su padre?

—No, nunca he escuchado que hablara sobre él. ¿Lo conoces?

—Sí, éramos viejos amigos. Pero no sé donde pued... Olvídalo.

¿Qué habrá pasado entre ellos dos? Me da igual que sea una larga historia. Quisiera preguntarle pero sé que no me va a responder y por eso decido olvidar el tema y despedirme.

—No hay problema. Debería irme, es tarde ya.

—Nos vemos, Alan—Asiento y me marcho.

(...)

Raquel Jones

Los siguientes tres días fueron agotadores. El domingo estuve todo el rato en mi habitación. Mi madre insistía en que saliera de mi cueva pero estaba destrozada. No paraba de recordar todo lo sucedido la noche anterior.

¿Por qué me molesta tanto? ¡Ni lo conozco!

Debo olvidar, debo olvidarlo. Nuestra "relación" es una montaña rusa, hay veces que podemos conversar como personas y otras veces somos el perro y el gato.

El lunes, nada más entrar al instituto, todos mis compañeros hablaban sobre un examen. ¿Adivináis que pasó, verdad?

Examen a primera hora y se me olvidó completamente que era para ese día. Evidentemente no estudié y lo poco que logré escribir lo más seguro es que no sirvió para nada pero voy a intentar ser positiva.

Por la tarde, discutí con mi madre por los abuelos. Llamadme tonta, loca, lo que queráis, pero me salió del corazón.

Defendí a mis abuelos.

¿Soy una completa idiota, verdad?

La he cagado, lo sé. El motivo fue simple, ellos llamaron a casa—sigo sin saber cómo saben el número— pidiendo por favor que mi madre los perdonara, están arrepentidos. Ella como muchas veces ha hecho ya... colgó.

—¿Los abuelos, verdad?—pregunto apoyada en la pared.

—Sí, voy a tener que cambiar de número. ¡Es agotador!

—¿No has pensado en...

—¿Hablarles?—Me corta—¡Ni muerta! Ya sabes lo que me hicieron. Me echaron, Raquel. ¡Me echaron de casa con casi tu edad! Ponte en mi lugar. ¿Los perdonarías?

¿Los perdonaría?

¡Claro que si!

—Mamá, ¿no crees que ya ha pasado mucho tiempo? Están arrepentidos, eras muy joven y ellos pensaban lo mejor para ti. —Me mira. Soy consciente de que si ella se hubiera quedado allí, lo más seguro es que yo no estuviera aquí. Como no responde, prosigo. —¿Has pensado en ponerte tú en el lugar de ellos? Te echarán de menos, querrán conocer a su nieta. Creo... Creo que debemos o debes de pasar página.