24. ¿Te gusta la leche?

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Memorias:

Era un día sábado, casi como cualquier otro, pero en esta ocasión tendría un destello de anormal ¿Qué era? bueno, este sábado no me había levantado de humor, mis ánimos los tenía por lo suelos, literalmente agarré lo primero que vi, no me importo si estaba sucio o limpio, no tenía ganas de nada, menos de salir, pero ya que, una vez que salí de mi casa, embarcándome hacia la academia, no tenía vuelta atrás, como era ya mi rutina, llegué temprano, pero esta vez, llegué a dormir, me hice una pequeña bolita en los escalones del último piso, el cuál siempre demoraba en llenarse, así que me dispuse a dar un pequeño pestañeo.

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Mi país de los sueños se vio interrumpido por unas vibraciones en mi manga, las cuales señalaban una llamada.

Inicio de la llamada:

Kathlyn: Diga

Joss: ¿Niña? ¿Qué te pasó? a minutos de empezar la clase y no apareces.

Kathlyn: ¿Qué? Mierda, me quedé dormida, voy yendo.

Joss: ¿Aún sigues en casa?

Kathlyn: Al contrario, estoy en el último piso, voy bajando.

Joss: Quédate ahí, voy para allá.

Kathlyn: Vale, te espero.

Fin de la llamada.

Levanté mi cabeza con cierta timidez, Hades no quería toparme con alguien conocido o que pudiera reconocerme como "la chica que duerme en las escaleras", mierda, dije "un pestañeo" y se me pasó casi una hora. 

Empiezo a acomodar mis cosas lista para bajar las escaleras cuando veo a Joss asomarse por las escaleras principales, a lo que me dirijo hasta su persona levantando el brazo derecho.

— Aquí, no busques más — me paro enfrente de él — me encontraste.

— Mira no más, tu cabello hecho un desastre — empieza acomodar mi cabello mientras bajo la cabeza — parece que has tenido unos buenos sueños.

— Cállate — río ante su comentario — ya tengo mucha vergüenza de haberme quedado más seca de árbol de caucho en plena escalera — hago un pequeño puchero.

— Son las de la esquina, no creo que hayan sido muchas personas, mayormente suben por la de en medio — retira sus manos de mi cabeza — ya está ¿Vamos?

— Vamos — sonrio — que tu profesora empieza y no hay quién la pare.

Reímos al unísono, para bajar las escaleras y dirigirnos al salón, mientras me contaba como había levantado preocupado por el hecho de que no sonó su alarma favorita, sí, se refería a mi, de cierto modo, era el acuerdo divertido que habíamos pactado, levantarlo siete de la mañana, hora exacta en la que salgo de mi casa, no le había fallado ni un día hasta hoy. Luego de ingresar, sentarnos y sacar nuestros libros, atendimos la lección.

 ° ° °

Segundos, minutos, horas habían pasado y la clase no acababa, yo me quería ir, pero no escuchaba a la profesora su habitual "prepárense para el juego", siempre que decía eso, significaba que la clase acabaría después de que juguemos, pero esto parecía eterno, tan eterno como el castigo que recibiría si me escapo ahora, estuve recordando el tipo de comida que se mete al refrigerador en inglés, hasta que dí un pequeño grito cuando escuché "que empiece el juego", joder ya era hora.

La profesora colocó música de fondo, mientras dividía al salón en dos equipos, ya que este solo tenía dos filas, en forma de U, término de contarnos, asignarnos un grupo e emplear las típicas cartas que se mezclaban, el juego consistía en que todos teníamos que recordar palabras de la persona anterior a nosotros, haciendo la cadena de palabras, ejemplo, si yo decía limón, la persona a mi lado tenía que agregar una palabra más pero mencionando la mía, limón y tomate, así para la otra personas que estaba a lado, limón, tomate y brócoli; obviamente en inglés.

Our history of twoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora