Realidad

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Light Yagami estaba exhausto. El cansancio y el estrés acumulado por el caso Kira; lo que acababa de suceder con L; todo aquello provocó que, por primera vez en muchos días, cayera rendido hasta la mañana siguiente.

Cuando por fin abrió los ojos, le llevó unos minutos volver a la realidad.


Ryuzaki.

La Sakura TV. Higuchi.

Hoy es el día.

Ryuzaki y yo... la pasada noche...


Incapaz de darle sentido a sus pensamientos, Light se giró hacia L, que descansaba plácidamente a su lado, todavía desnudo. Aquello era, cuanto menos, extraño. En todo el tiempo que habían pasado esposados el uno al otro, nunca antes había visto al joven detective dormido, ni tan siquiera relajado. Sin duda, aquella era una visión insólita y, al mismo tiempo, reconfortante.

Procurando no hacer ruido, Light se acercó un poco más a Ryuzaki para recolocar la manta que, muy probablemente, habían apartado durante la noche por exceso de calor. Este agradeció el gesto en sueños, dejando escapar un apacible y tierno sonido de satisfacción.

"Mmmm..."

Light no pudo evitar esbozar una sonrisa. Lentamente, llevó su mano al cabello del detective y lo acarició con delicadeza, apartando con sumo cuidado los mechones que caían sobre su rostro, desordenados y salvajes. Una vez más, el castaño se perdió en aquella expresión tan apacible y sosegada; se perdió a él mismo, tanto, que también perdió la noción del tiempo.

Y de repente, sin saber por qué, el corazón le dio un vuelco.


¿Qué pasaría si no atrapaban a Kira? Si el asesino conseguía su objetivo... Y Ryuzaki moría... Él...

No.

Ryuzaki no iba a morir. Él mismo lo impediría, llegado el caso.

Si fuese necesario...

Él mismo mataría a Kira con sus propias manos.


Light tragó saliva. Por primera vez en mucho tiempo, tenía miedo. Un paso en falso, una estrategia mal planteada, y Kira podría acabar saliéndose con la suya. Si eso pasaba, L, el detective más célebre y brillante de todos los tiempos, sería la primera víctima.

"Ryuzaki... Despierta...", susurró.

L no se movió. Estaba completamente dormido y abandonado; tanto, que parecía... parecía...


¡¿Estaba inconsciente?!


"¡¡Ryuzaki!!", gritó, zarandeándolo.

El detective se incorporó bruscamente. Como era de esperar, estaba asustado y tenía la respiración agitada.

"Light... Li... ¿Qué pasa?", preguntó, confuso.

"Ryuzaki..."

"Light-kun... ¿Estás bien? ¿Qué ocurre?"

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