El Tiempo Que Me Debes (EN PAUSA)

C A P I L U T O 9

(Canción en multimedia: perdóname -Mau y  Ricky)

Yoongi despertó de golpe. Se sentó en la cama exaltado y con la respiración agitada.

A su lado, Jimin lo miraba preocupado —¿estás bien?

—si —murmuró con la garganta rasposa. Masajeó su sien tratando de apaciguar la molestia y cerró los ojos —¿puedes alcanzarme un vaso con agua? Por favor.

—claro, enseguida regreso —sonrió un poco y salió de la habitación.

El mayor solo asintió, su cabeza aún trataba de procesar lo ocurrido hace un momento. Ok, si, Jimin estaba vivo ¡JIMIN ESTABA VIVO! Esto debía tomarlo como algo bueno ¿verdad? La herida debía cerrarse de una vez y esta era su oportunidad.

El pelinegro volvió con una bandeja donde había un vaso con agua y fruta picada en un platito —traje algo para que comas —una sonrisa tímida se dibujó en sus gruesos labios. Dejó la bandeja sobre las piernas de Yoongi y se sentó a un lado de sus piernas.

—lamento mi comportamiento —se disculpó luego de beber —se que nada de lo que pasó fue tu culpa —jugó con las frutas de manera distraída —no era mi intención hacerte sentir mal, sabes que soy un idiota.

—no lo eres —apretó los labios —bueno, tal vez un poquito —juntó su dedo índice y gordo, separándolos un centímetro.

Una risa escapó de los finos labios del castaño. Un sentimiento cálido y reconfortante se extendió por su pecho, hacía tanto tiempo que no se sentía así, donde no se obligaba a fingir estar feliz.

Volver a verlo sonreír era toda una maravilla, esos blancos y perfectos dientes resaltaban alrededor de los carnosos labios. El pequeño hoyuelo que se marcaba en su comisura derecha y la forma en que sus ojitos se hacían dos líneas, lo hacían ver tan adorablemente tierno.

—tus manos siguen siendo igual de pequeñas y tiernas.

—no he cambiado tanto en estos años.

—¿bromeas? —levantó ambas cejas —te vez increíblemente atractivo con ese color de cabello y tu rostro cada vez es más perfecto.

—¡hyung! —chilló cubriendo su cara avergonzado —no diga esas cosas.

—¡mira esas mejillas! —continuó molestando—dan ganas de pellizcarlas y morderlas.

—¡basta! —se quejó golpeando una de las piernas del castaño.

Ambos rieron por un momento, olvidando el pasado y siendo ellos mismo. Sí, ambos se extrañaban demasiado que la calidez que invadía sus pechos era muy notoria, ambos necesitaban del otro.

—volviendo al tema —Yoongi se puso serio —realmente lamento como te trate, no sabía como reaccionar —miró un punto invisible en la bandeja, totalmente perdido en sus pensamientos —tu no te imaginas como rompiste mi corazón el día en que te fuiste —Jimin cerró los ojos con fuerza al escucharlo —tenía tantos planes a futuro contigo —murmuró —tantas veces soñé con una vida junto a nuestros hijos —sonrió con tristeza —pero de un día para el otro, todas mis ilusiones se derrumbaron y me dejaste vacío.

—nunca quise dejarte —explicó —pensé muchas veces en volver, en buscarte y contarle lo que pasó pero tenía miedo de tu reacción —bajo la cabeza.