Maldito bastardo...
Ha pasado una semana desde aquel incidente del primer día, pero Bakugo todavía no puede hacer que ese bastardo de dos colores salga de su cabeza.
Y este chico se lo estaba complicando bastante, su asiento quedaba al fondo de la clase, pero por alguna razón, este bastardo pasaba por el pasillo al lado del asiento de Bakugō.
Era bastante molesto, obligaba a Bakugō a tener de cerca ese cabello, esos ojos, y ese olor a... a...
-Buenos días, siéntense todos.
No era momento de pensar en el helado de fresa, la clase estaba por comenzar.
...
El día entero transcurrió normal, sin ningún contratiempo, todo parecía estar en orden... lástima, la tranquilidad se terminó.
De forma repentina, la mitad de la clase comenzó a sentirse mal, dolores horribles, náuseas, vómitos e incluso temperaturas bastante elevadas.
La gravedad fue tal que tuvieron que llevarlos cargando a la enfermería puesto que ni siquiera podían mantenerse en pie.
Y cuál no fue el coraje de nuestro querido rubio cenizo cuando el tutor le pidió que cargara a cierto bicolor para llevarlo a la enfermería.
Quería negarse, pedirle al tutor que le dijera a alguien más, pero por lo visto, ya todos estaban cargando a alguien, y el único al que no habían recogido era a aquel helado de fresa.
Aunque también podía ayudar a llevar a Deku, ya que él también se había sentido mal y entre dos de las chicas intentaban llevarlo a la enfermería.
Cómo no quería cargar al nerd de Deku, no tuvo más remedio que llevar al bastardo bicolor a la enfermería.
Primero intentó cargarlo como un costal de papas, se lo cargo al hombro eh intentó caminar pero casi logra que ambos se cayeran.
Así que en contra de su voluntad tuvo que cargarlo en brazos como una princesa, lo mataría, eso era seguro.
-Bakugō...
El bastardo lo llamó por su nombre con una voz quejumbrosa antes de quedarse dormido en sus brazos.
La enfermería estaba sorprendentemente más lejos de lo que esperaba, no es que fuera cansado cargar con ese bastardo, más bien era molesto, e incómodo.
Sus mechones rojos le caigan tan cerca de la cara, y podía ver de cerca esos ojos casi cerrados por el dolor.
Tener tan cerca esa jodida cara que se veía tan tan delicada, pálida como la nieve.
También podía admirar de cerca su cicatriz, tan misteriosa y peculiar, tan grande, ocupando casi la mitad de su cara.
Le parecía tan interesante, quizá... algún día... logre que.. el bicolor le cuente cómo consiguió esa cicatriz.
Todo de él le parecía lindo, agradable, y tenerlo tan cerca....
Era jodidamente molesto.
Pero sin lugar a dudas, lo que más le molestaba a Bakugō, de tener que cargar con el bicolor, era aquel aroma dulce que él desprendía.
No podía explicarlo con exactitud, percibía ese aroma cada que el bastardo mitad y mitad se pasaba al lado del lugar de Bakugō.
Lo encontraba, lo disfrutaba y lo volvía a perder.
Sin duda eso lo estaba volviendo loco, pero, está vez...
Lo tenía justo en los brazos, tan frágil, aquél dulce olor que siempre se le escapaba estaba justo ahí, cerca de él, sin poder huir está vez...
Bakugō pudo percibir por fin el aroma de este bastardo, era dulce.. muy dulce... como a fresas frescas... con un tono de acidez... como... a crema(? crema ácida....
Eso es! El bastardo tenía un exquisito aroma a Fresas con crema! JA! y pensar que tantos días, Bakugō se rompía la cabeza tratando de descifrar ese olor.
Que patetico, acaso el bastardo no tenía suficiente con parecer un helado de fresa, si no que, quería oler como uno? Que clase de loción usaría para parecer más ridículo de lo que ya era..
-Bakugō-kun!
La voz del chico de lentes cuadrados lo sacó de sus pensamientos, tan desagradable como cada vez que lo interrumpen cuando está pensando.
-Por favor entre a dejar en la sexta camilla al joven Todoroki.
Bakugō se acordó entonces de porque había ido, y porqué había estado cargando al bicolor, se dió cuenta de que había sido el último en entrar a dejar a los estudiantes enfermos.
Incluso Deku ya estaba en una de las camillas, aunque las compañeras que lo llevaron tenian cara de necesitar unas pronto.
Entró chistando y dejó a Todoroki en la camilla.
El aroma de este bastardo se le volvía a escapar de las manos, pero al menos, por fin, Bakugō pudo descubrir su secreto, ahora sabía perfectamente cuál era ese aroma, y no volvería a atormentarlo nunca más.
Salió de la enfermería encontrándose con sus compañeros.
Luego de dejar a todos en camillas dentro de la enfermería, todos fueron al salón, no se iba a perder el día por ese inconveniente, y Bakugo no tenia la menor intención de que esos débiles le arruinaran las clases.
Aunque en el fondo, extrañaba ese olor tan peculiar, olor a....
Fresas con crema ♡.
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Omegacember BakuTodo TDBKTD
FanfikceBakugō es un chico fuerte, de personalidad explosiva, Todoroki es un chico tranquilo, de personalidad calmada. Luego del hallazgo sobre el regreso de las antiguas castas, la vida de ambos dará un giro inesperado, cuando, dominados por el instinto, s...