Namjoon observaba como los empleados se encargaban de limpiar la cocina y ordenar lo tirado, aun sin poder creer lo que sus ojos veían. ¿Cómo había sido posible algo como eso? ¿Quién o que había sido el responsable de tal desastre? Lo sucedido escapaba de sus manos, no se parecía en nada que hubiese visto antes. Debía tratarse de alguien muy fuerte o algo muy grande como para destrozar la ventana de ese modo, sin hablar de la sangre esparcida por el suelo.
Seokjin llegó a su lado. Libreta en mano, se había encargado de recorrer dormitorio por dormitorio, controlando que todos los niños estuvieran en sus camas. Grande fue su sorpresa cuando justamente el niño obeso era el que faltaba. Aquel niño no hubiese podido hacer eso por sí solo jamás.
—¿Seguro que no está? —preguntó Namjoon, escuchando el reporte de su compañero.
—Seguro. No está en su habitación y sus compañeros de cuarto no lo ven desde anoche.
—Es que es imposible que él solo haya hecho eso. —señaló la ventana con su mano, aun anonadado.
Yoongi entró a la cocina, tan sorprendido como aquellos dos ante lo veía. Aunque claro, lo más interesante se lo había perdido: —¿Qué pasó? —preguntó.
—No tenemos idea, pero uno de los niños falta. Con este ya van tres desapariciones en dos meses. —se acercó a donde estaba lo que más llamaba su atención.
Pasó los dedos por las marcas de garras que decoraban la pared, llegando a la teoría de que podía tratarse de alguna especie de animal. Sin embargo, seguía siendo imposible. Tendría que ser uno muy grande para dejar tal destrozo y tales marcas, y las puertas y muros del castillo eran difíciles de pasar.
Necesitaba llegar al fondo de eso.
—Si le avisamos a las autoridades tendremos policías por todos lados. Es mejor que sigamos manteniendo esto en secreto. —habló Seokjin, llamando la atención del padre, que volteo de inmediato a verlo.
—Pero debemos avisar. Se que soy algo nuevo en este lugar, pero desde que he llegado estas cosas han sido moneda corriente. Puede tratarse de algo realmente grave y ustedes lo dejan pasar, así como si nada. —exclamó Yoongi, sin poder creer lo que oía.
—No es seguro, pueden cerrarnos el lugar. Es mejor aumentar la vigilancia, aunque si las cosas no cambian, tendremos que hacerlo.
Seokjin le echó una última mirada al lugar y volteo para irse, logrando captar como Taehyung y Jungkook pasaban por el pasillo rumbo a desayunar, de la mano. Ambos observaron fugazmente dentro de la cocina para chusmear, sin detenerse. Bueno, cualquiera pensaría que esa era la razón, pero Seokjin sabía bien que no.
Salió al pasillo, observando como ambos se alejaban y fingían que nada pasaba a pesar de saber que tenían la mirada del mayor clavada en sus espaldas. ¿No sentían ni un poco de miedo? Era obvio que no. Lidiar con ese par era difícil hasta para una persona adulta y de conocimientos como él.
Para su suerte, Seokjin no necesitaba de mucho para saber quien o quienes estaban detrás de todo eso, pues para él las pruebas eran claras y solo necesitaba algo de tiempo.
***
Luego del desayuno, Yoongi se encontraba en su capilla, solo, como de costumbre. Pocos, por no decir nadie, iban a confesarse o pedirle algún consejo para aliviar el tormento que se desataba en sus mentes todos los días.
No dejaba de pensar sobre los recientes acontecimientos que envolvían de escándalos al instituto, preguntándose si sería prudente involucrarse o voltear la mirada, cuando unos pasos llamaron su atención. Giro su vista para notar que se trataba de Jimin, el niño nuevo.
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Santos Lugares: St Francis Folly | KookTae
FanfictionCuando Jimin es abandonado en un reformatorio para menores de edad, pronto se da cuenta que hay personas mucho más crueles y locas que él, pero sobre todo, que en este mundo existen misterios y cosas fuera de su control. Sin querer, queda en medio d...