Ahora que dicha bestia había sido eliminada gracias a mi despertar de la marca continuamos el camino sin ningún problema, en el que dicho paso en zig-zag pudimos traspasarlo con extrema rapidez, llegando al final del inmenso campo. No obstante noté que nos empujaron hasta caer en una enorme sala de combate con fuego de lava a nuestro alrededor, o más bien una laguna en llamas. Las dos nos miramos sin entender lo que ocurría, pero nuestra expresión fue de completo horror al ver quien estaba frente a nosotras: Izanami.
--Nos vemos de nuevo chicas, lamento que haya sido de esta manera tan lamentable. Mi pequeña Kaede, la feroz y dulce cazadora que me salvó, te doy las gracias, y lamento que mi compañera Amithya te haya robado el poder divino y esencia de semidiosa, pero ya que estamos quisiera invitarte a ser de mi equipo. No lo confundas, no quiero hacerte nada, para mí siempre has sido mi cielo, y te debo la vida, por eso quiero salvarte. El plan que tuve para eliminar a los humanos se ha completado, pero no quiero hacerlo sin mi nieta, así que por favor, hazlo.--Prometía mi abuela ofreciendo su mano con total sinceridad, y una parte de mí quería aceptar ya que podía estar protegida por la diosa más fuerte, pero por otro ya tenía mi decisión, tampoco me gustaba estar protegida, rechazando su ofrecimiento con una ligera patada que empujó a la deidad.
--Lo siento, pero no. Me has engañado abuela, quiero decir Izanami, más bien a todos. Mataste a todos los humanos, por tu culpa me convertí en la enemiga de mi abuelo, destruiste el balance universal y causastes muchas heridas en los distintos dioses…¿crees que podría perdonarte? Yo...nunca creí que en verdad fueras una persona tan mala, así no es como me ha contado Izanagi que eras...rompo lazos contigo. A partir de ahora quiero decirte que ya no voy a seguir más tus consejos, tampoco voy a seguirte, ya no eres mi abuela, eres mi enemiga completamente.--Le dije con una voz fría y llena de rencor, lo que pareció despertar en mi contraria cierto recelo y furia que me hizo temer, apareciendo ante mí sorpresivamente y agarrar mi cuello con una fuerza tan terrible que me hacía faltarme el aire, y con ello mi compañera se encontró impactada por lo sucedido.
--Lo siento, pero no es así. Si lo hice fue por ti, todos los humanos que te hicieron sufrir fueron la causa de tu desgracia, y con eso me refiero a humanos y demonios. Por eso por mi encerramiento y tu odio decidí hacer un nuevo mundo formado por un grupo de personas seleccionadas por mí misma, y gracias a mis habilidades los convertí en seres perfectos, y lo mejor de todo es que he recuperado todo mi poder divino. Eres una desagradecida, si no vas a hacerme caso, entonces morirás con el resto de dioses, y ya que tengo a Yami Kaede no me servirás, elige si quedarte conmigo o ser eliminada de este mundo, y recuerda que soy inmune a la muerte, no podrías derrotarme ni en un millón de años aunque tengas marca divina u otras técnicas.--Me recordó aplicando la fuerza necesaria que me ahogaba, y seguramente dispuesta a partir mi cuello si era necesario, transformando su mano en una enorme garra monstruosa que profundizaba el agarre. Para mí sorpresa dicho brazo fue cortado por una sierra cósmica por parte de la pelirroja, quien mantenía una mirada determinada y llena de seriedad, causa que por primera vez me quedaba asombrada por no ver su cara sonriente.
--¡Deja a Kaede! Ella no es como tú, y no lo será nunca en la vida, no hagas a alguien que ella misma te odia. Kaede es una persona pura y sincera, y si algo sé es que jamás se dejaría poseer por tus instintos, nosotras somos cazadoras divinas y nuestra misión es parar las atrocidades propuestas por los dioses. Por eso...por eso…¡no dejaré que ninguna persona más sufra a causa de nuestros errores!--Repetía Hanami al momento de salir disparada contra ella en un impacto directo mediante un placaje perfecto, y luego atacaba desde el cielo mediante un tajo diagonal, para así seguir lanzado movimientos con diferentes perspectivas y soltando hojas de otoño cortantes con el fin de lastimarla, pero al igual que Izanagi ella no sufría por las armas divinas, debía de suponerlo por su gran confianza al dejarse atacar por la pilar del otoño.
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La Mariposa Cósmica
Hayran KurguFinalmente Muzan, aquel que creíamos que murió una vez, ha sido desintegrado por el sol y la paz y la armonia ha vuelto en todo el mundo con los cazadores de demonios disueltos. Sin embargo, en un viaje a la finca mariposa soy atacada y viejos recue...