Día 5: Muñeco de nieve

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La clase de tercer año A se encontraba frente a los dormitorios donde se alzaba una imponente figura, su profesor y tutor: Aizawa Shota.

La mayoría se encontraban temblando, pero no exactamente por miedo, sino por frío. Hoy en la mañana había sido la primera nevada del mes, y en cuanto terminó, el alumnado entero salió a admirar el blanco paisaje.

Había nieve por todos lados, flores y arbustos congelados, árboles llenos de escarcha, piedras enterradas, como un sin fin de cosas más. Todo era muy hermoso, hasta que a Kaminari Denki se le ocurrió la brillante idea de provocar una guerra de nieve.

Sí, provocar. Había estado callado desde que salieron todos de la residencia, pero nadie notaba que se encontraba armando bolas de nieve mientras los demás miraban maravillados el paisaje.

No fue hasta que Momo propuso entrar para desayunar, que Kaminari arrojó la primera bola y no justamente a la persona indicada. El chico rubio lo supo cuando una explosión fue dirigida hacia él, pero la evadió con facilidad.

Tanto entrenamiento a su lado, ya se le hacía pan de cada día huir de esas explosiones. Con una sonrisa en su rostro comenzó a tirarle más bolas. Bakugo enojado, comenzó hacer lo mismo, sólo que la nieve se derretía en cuanto tocaba su palma, debido a las leves explosiones.

Kaminari y los demás se rieron de él, causando así una gran guerra. En la cuál los quirks eran el factor fundamental para poder ganar.

Al principio todo iba bien, nadie había salido herido, por lo menos. Aunque todo cambió cuando Momo creó una gran catapulta y Sero junto con Mina ayudaron a llenarla creando una gran bola de nieve.

La máquina de madera estaba apuntando a Bakugo y Kirishima que no daban tregua a los demás, pero hubo dos factores que se interpusieron para arrojar la nieve a su objetivo: el primero fue la distracción de Momo, que justo cuando quitaba el seguro; Jiro resbaló a unos metros de distancia y no dudo en ir a ayudarla. Ignorando por completo el artefacto.

El segundo fue Iida saliendo de los dormitorios regañándolos, y a un distraído Tokoyami, que con ayuda de Dark Shadow aventaban bolas de nieve por todos lados a una elevada velocidad, ya que tenían como oponentes a Todoroki y a Midoriya.

Una de las tantas bolas que lanzaba Dark Shadow distraídamente, le dio de lleno en la cara del delegado, tumbándole los lentes y tropezando con la catapulta, haciéndola girar. Cuándo intentó ayudarse con la misma, por accidente la hizo lanzar.

Una lastima que no hayan visto a su profesor Aizawa, que intentaba bajar a su gatito tieso del frío de un frondoso árbol a medio congelar.

Iida recogió sus lentes mientras se levantaba para acomodar sus ropas, cuando logró enfocar su vista, se le cayó la quijada al suelo. Frente a él se encontraba un gran tobogán de hielo, donde su amigo Midoriya estaba varios metros arriba con un pequeño gato blanco en sus manos.

Le hubiera gustado decir que eso fue todo, pero al lado del tobogán, se halla un árbol casi enterrado bajo la nieve. Trago saliva al ver cómo de repente un pie arrojaba la nieve, luego le siguió otro.

Estaba a punto de correr a ayudar, pero se detuvo al reconocer el cuerpo salir de la nieve. Era su profesor Aizawa, que mantenía su Quirk activado viendo a todos con una cara bastante enojada. Eso dio por terminada la guerra de bolas de nieve.

— Uno —la voz enojada de Aizawa sacó a Midoriya de sus recuerdos y tembló al ser señalado por el hombre—. Todoroki, Midoriya, Tokoyami —asintieron sin entender—. Dos —señaló hacia donde estaba el delegado—. Iida, Yaoyorozu, Sero, Mina —antes de que su amigo de lentes objetara, se giró hacia el causante de la guerra—. Y tres a Kaminari, Kirishima y Bakugo —miró a todos los mencionados—. Esa es la cantidad de días que estarán limpiando los alrededores de la academia, descongelando y quitando la nieve de los caminos.

White Christmas || TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora