V.

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Hola, Collin, soy yo otra vez en un mismo día.

Tuve que correr al camerino de Shirley y volver a correr a mi apartamento, estoy muy cansado por tantas escaleras.

Me siento algo triste de que cada vez que escribo aquí tengo que contar algo triste, pero creo que todo lo que tengo que contar es triste y ya no sé qué hacer.

Enzo y Jolie nos acompañaron a casa. Mi padre no estaba porque estaba en una reunión con otros artistas y directores importantes, eso fue lo más aliviador de todo. Cuando llegamos a mi apartamento, ellos llevaron a Shirley a su cama. Jolie me dijo que me quedara en la sala. Enzo no salió hasta después de un rato y lo escuché murmurar con Jolie. No sé qué murmuraron, pero sé que hablaban de Shirley. Luego volvieron a buscarme y Jolie me dijo suavemente que me fuera a la cama y no le hablara a Shirley porque ahora él necesitaba descansar.

Ellos dos se fueron y después yo me fui a mi cama. Shirley estaba dormido en la suya, arropado de los pies hasta los hombros, tranquilo. Estaba muy tranquilo y yo no lo estaba. Ahora mismo pienso en irme con Darren, él no dormía temprano, apenas son las diez. Elio y Ammy sí que debían dormir.

Necesito aclarar mis emociones y escribiéndolo no puedo hacerlo.

Espero que las cosas mejoren. Deseo que mi hermano mejore.

Con cariño, Ronan Morel, solamente eso.
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Tomé un abrigo y me quité los tenis. Los zapatos ahora mismo me hacían sentir más pesado, es como si estuvieran mojados por todas las lágrimas que derramé.

Me salí del cuarto lo más silencioso que pude y luego hice lo mismo al salir del apartamento. Fui a las escaleras y bajé al segundo piso. Primera puerta, toca el timbre, una vez, después dos, por si no lo escuchan, sordos son.

Después de un rato, iba a tocar el timbre otra vez, pero apareció mi novio y en cuanto lo vi me abalancé hacia él para abrazarlo.

—¿Ronan? —se escuchó confundido.

—Todo es horrible Blue —sollocé en su hombro. Pude ver que en el interior de la casa estaban todas las luces apagadas, a excepción de una lámpara en la sala.

Darren me hizo soltarlo y me jaló dentro de la casa. Cerró la puerta y luego me llevó al mueble de la sala, en donde estaba la lámpara. Me quedé viendo el bombillo y ya que no tenía zapatos, subí mis pies al mueble.

—Ronan —me llamó—, ¿qué ocurrió? ¿Pelearon otra vez?

Negué con mi cabeza. Nunca salgo de mi apartamento cuando peleamos.

—¿Y entonces?

—Golpearon a Shirley —le dije.

Darren frunció sus cejas.

—¿De qué hablas? —dijo, desconcertado.

No sabía cómo explicárselo. Simplemente moví mis manos, gesticulando querer decir algo. Darren se sentó a mi lado y me tomó de las manos. Jadeé varias veces porque no sabía cómo controlar mi llanto.

—Ronan —me atrajo hacia él y volví a ponerme a llorar como un bebé entre sus brazos.

Solo podía llorar. Y cuando parecía que ya no podía llorar más, volvía a hacerlo. Nos la pasamos un rato solamente abrazándonos y ambos intentábamos consolarme. Yo hacía un gran esfuerzo, Darren solo me acariciaba el cabello, la misma mentira de que todo está bien, otra vez, era como si esperaba a que yo me terminara de desbordar.

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