9. Noventa minutos

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"Eres hermosa." Lo decía todo el tiempo, lo decía mientras desayunaba, cuando estudiaba, entre besos, cuando estaba sobre mí completamente borracho del momento, cuando me acostaba a su lado con su camisa cubriéndome, antes de dormir, en aquel bar muggle mientras me llenaba la copa, siempre era hermosa, pero nunca me quería, mucho menos me amaba, ni siquiera sabíamos ponerle una definición a lo que teníamos, toda la magia sólo duraba unos momentos, pequeños instantes congelados en el tiempo, no más.

Aún así no me atrevía a quejarme, no podía quejarme cuando estaba teniendo todo lo que había soñado a su lado, no podía quejarme cuando cantábamos juntos todas las canciones de los Beatles, cuando caminábamos por Hogsmeade tomados de la mano con los últimos copos de nieve en la acera marcando nuestros pasos, cuando bailábamos en su sala común frente a la chimenea, cuando nos besábamos hasta quedarnos dormidos, cuando éramos una obra maestra, una hermosa pero inconclusa y aún sin título, una llena de sentimientos, pero sin un marco para contenerlos, no, no podía quejarme, no tenía el valor para hacerlo.

Ahora lo tenía en la misma habitación, lo sentía a mi lado, podía sentir su respiración cerca de mi rostro, tranquila y perfectamente regulada, su calma hacía que mis dudas desaparecieran, o al menos que las ignorara, sus ojos cerrados y su brazo sobre mi cintura, incluso dormido James parecía una obra de arte. Acerco mi mano lentamente y acaricio su rostro, es suave y siempre está cálido, sé cómo reaccionará, pero jamás sé qué quiere decir, pero prefiero callar, el silencio es más cómodo y más sencillo que confesar todo lo que me hace sentir.

Verlo a mi lado era como un sueño, hermoso y pasajero, podía sentir su calma cuando estábamos solos, las dudas en mi corazón estaban presentes pero James sabía apagarlas con cada beso y no era tranquilizante, al contrario cada vez se volvían más fuertes y ruidosas, me estaba matando la incertidumbre de no saber lo que pasaba entre nosotros, no tenía idea de qué significaba para él, no sabía que importancia tenía lo nuestro para James, moría de ganas por tomarle el rostro y hacer que me dijera algo "Ponte en mi lugar un minuto, por favor." "Hazme saber que no saldré lastimada."

El amor que yo sentía por James Potter era grande, enorme, absorbente, me sobrepasaba y había aprendido a vivir con ello, pero ahora un nuevo sentimiento comenzaba a nacer dentro de mí, era una sensación que no sabía explicar, como una montaña rusa, sabes que no puede pasarte nada y aún así tienes miedo a la caída libre, porque tal vez eso era lo que sentía, miedo, miedo de seguir y miedo de parar, miedo de no tener una respuesta, aún así todo el miedo desaparecía al escuchar su voz, al ver su sonrisa, al sentir sus labios o al verlo dormido a centímetros de mí.

Acaricio su rostro suavemente, lo veo sonreír y me hace sonreír a mí también, pero luego se desvanece, estaba a punto de amanecer, me giré para abrir la cortina, Sirius y Remus estaban acurrucados en la cama de al lado, abrazados y sonrientes, tranquilos porque conocen los sentimientos del otro, yo no tenía eso y lo quería, quería sentirme segura, quería saber lo que me diría James al despertar, quería saber cuál era mi lugar cada vez estábamos juntos, quería saber lo que sentía por mí.

—Buenos días.

Su voz me sacó del transe, era ronca y hablaba cerca de mi oído mientras me pegaba más a él y como todas las noches, me dejé llevar, sonreí y me giré para quedar frente a él, tenía los ojos cerrados pero sonreía débilmente, besó mis labios muy lentamente y cualquier enojo con él o conmigo misma habían sido cancelados, pues lo sentía ahí conmigo, tenía a James Potter a mi lado y nada podía importar más que eso, aprovecho y junto más nuestros cuerpos, enredando mis dedos en su cabello en un intento desesperado por que se quede a mi lado, insistiendo en que me busque también y ahí comenzó la cuenta, 1 minuto, 2 minutos, 3 minutos abrazados, besándonos, fingiendo que todo estaba bien, tragándome las ganas de preguntarle "¿Qué sientes cuando me llevas al cielo y me desnudas?" "¿Mis besos te queman la piel como me pasa a mí cuando me tocas?" "¿Qué pasa por tu mente cuando me besas?"

Han pasado ya 10 minutos y no hemos cruzado ninguna palabra, las preguntas crecen, el ruido en mi interior aumenta, las ganas de besarlo me apoderan, el impulso de sacudirlo hasta que me responda se hace presente, la impotencia, el miedo, la duda, el sudor y entonces, abre los ojos.

—¿Te encuentras bien?

La respiración se vuelve artificial y no sé qué responder.

—Sí ¿Por qué?

—Estás agitada.

—No es nada.

—¿Estás segura?

No.

—Claro, sigue durmiendo.

¿Qué puedo hacer? No tengo el valor para enfrentarlo, no quiero asustarlo y que todo termine, no quiero despertar del sueño, supongo que soy masoquista o estúpida, posiblemente papá me diría que es una idiotez, papá sabría qué hacer, me daría una respuesta, pero no quería decirle nada, no quería darle más motivos para odiar a James, él estaba de acuerdo con verme a su lado porque me veía feliz, no había indagado y en parte se lo agradecía, no podía condenarlo a arreglar mis problemas amorosos cuando él comenzaba a recuperarse de los suyos.

Habían pasado 20 minutos cuando James volvió a abrir los ojos, no pude evitar sonreír y besar su frente, era una obra de arte.

—¿Ya estás mejor?

—Lo estoy ahora.

—Es que ya nos vimos.

Me reí porque era cierto, James me besó por un buen rato y yo no puse oposición.

—James.

—Elisa.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Lo que sea.

—¿Qué... qué te hago sentir cuando estamos juntos?

Silencio, fue corto pero ruidoso, pareció una eternidad, había bajado la mirada, de otra forma no tenía valor para hacer la pregunta y James no intentó el contacto visual, no estaba segura de qué significaba eso.

—Es una sensación única, me da paz y emoción al mismo tiempo ¿Me explico?

—Supongo.

—¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes.

—Te prometo que es cierto.

Tomó mi barbilla y me obligó a mirarlo, tenía los ojos más hermosos que nunca había visto, las cejas los enmarcaban perfectamente, su nariz estaba ligeramente arrugada y podía jurar que estaba fría aunque no la tocara, porque James siempre tenía la nariz fría, podía ver su rostro y la preocupación en que creyera sus palabras y me sentía mal porque eso no era suficiente.

—Dame una razón para no desconfiar de tus promesas.

Tomó mi mano y siguió mirándome.

—Estoy aquí, contigo. No me fui y no me iré, me quedé incluso cuando volvió tu padre ¿Eso no es suficiente?

—Lo es.

No lo era, pero me hacía sentir mal saber que él sabía que yo desconfiaba, así que lo besé, con tristeza, con sentimiento, con pasión y con fuerza, no me fue difícil aferrarme a su cuello ni sentarme a horcajadas sobre él mientras sostenía con fuerza mi cintura.

El reloj en mi cabeza seguía contando los minutos, no podía detenerlo, así como no podía detener los besos que James dejaba en mi vientre.

El momento terminó y la cuenta frenó, James se levantó para bañarse, me había besado la frente antes de salir de la cama, "Pídeme más, por favor." Porque eso era lo que duraba el amor de James Potter, 90 minutos.

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Holi, una disculpa por haber estado ausente, me ha costado un poco seguir el ritmo de escritura que llevaba antes, la facu absorbe mi tiempo, pero aquí está, espero les guste, gracias a los que comentan, votan y disfrutan de este fic. <3

Just a friend |James Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora